PSOE

Los excesos de la campaña

La Razón
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Nunca he entendido por qué una campaña es un terreno abonado para los excesos dialécticos. Hay una descarada impunidad a la hora de arremeter contra el adversario o hacer las promesas más peregrinas. No importa. Por lo visto, los electores somos algo bobalicones y compramos cualquier tipo de mercancía. Se han convertido en un mero trámite para ocupar espacio en los medios de comunicación y animar a los militantes y simpatizantes de los partidos. No importa el fondo sino la forma y el titular. El marketing se ha adueñado de la organización de los actos y la política se ha convertido en un producto comercial. Es una lástima. Bono se adelantó ayer a las primarias y ungió a Rubalcaba: «si tú ya vienes como presidente del Gobierno». Y como no tiene abuela fue más allá al asegurar que podrán salir políticos iguales pero «más listos no». Hay que reconocer que la amistad es una gran virtud, incluso en estos tiempos. Entre todos hemos convertido a Rubalcaba en un mito, aunque es tan responsable de la mala gestión del Gobierno como Zapatero, Chacón o Salgado.