Barcelona
La herencia del tripartito
El líder de CiU llega a la Generalitat con una situación económica complicada y las arcas más vacías.
BARCELONA- Después de dos asaltos a la Generalitat frustrados, el líder de CiU, Artur Mas, ha conseguido llegar a la Generalitat con muchos retos. Tal y como no se cansa de recordar el nacionalista, vienen «tiempos difíciles». Lo dice con la convicción de que se encontrará las arcas de la Generalitat vacías, aunque desde el tripartito niegan rotundamente haber dilapidado los recursos públicos. Según un documento sobre la situación financiera que el todavía presidente de la Generalitat en funciones, José Montilla, libró ayer al presidente electo, Artur Mas, la deuda total de la administración catalana asciende a 40.607 millones de euros, una cifra lejana a los 53.000 millones que llegó a sospechar CiU.
ECONOMÍA
Mas quiere realizar su propia aproximación sobre el agujero de la Generalitat con una auditoría, pero, sea como fuere, no tendrá las cosas fáciles. El número de desempleados se acerca a los 600.000. Menos trabajadores supone menos recaudación de impuestos y, por tanto, más riesgo de desequilibrio en las cuentas. Según el documento que ayer recibió Mas, el ejercicio de 2010 se cerrará con un déficit entre un 0,7 y un 0,9 por encima del objetivo de estabilidad presupuestaria. El tripartito imputa este desvío a la caída de ingresos y a un mayor gasto en sanidad «motivado en buena parte por el retraso en la aplicación de las medidas de contención acordadas por el Gobierno».
Pero si el paro será uno de los principales quebraderos de cabeza de Mas, también deberá ocuparse de los «ni-ni». Una cuarta parte de los jóvenes catalanes ni estudian ni trabajan. Es más, el tripartito ha comprometido 20 millones de euros para créditos- salario a este colectivo. Crear empleo y evitar el cierre de empresas pasa por fortalecer el sistema financiero. Otro de los principales objetivos del nuevo president será reducir la presión fiscal para reactivar la circulación del dinero.
EDUCACIÓN
El objetivo prioritario es limitar el fracaso escolar. Un 30 por ciento de los menores de 16 años no ha terminado la educación obligatoria. Además, aplicar la Ley de educación será otro de los retos del Govern, que quiere preservar la inmersión lingüística pese a que el Tribunal Constitucional (TC) y el Tribunal Supremo han constatado que el castellano también debe ser lengua vehicular en las aulas catalanas.
Para solventar la falta de recursos públicos, Mas pretende potenciar la escuela concertada, aunque deberá concretar en qué sentido. En la carpeta educativa, su primera medida deberá ser cumplir con la promesas de acabar con la semana blanca.
INIMIGRACIÓN
Otro de los principales escollos que se encontrará será integrar al alumnado extranjero en las aulas catalanas, y, por extensión, hacer frente a la gestión de la inmigración. Sobre todo, cuando el partido xenófobo Plataforma per Catalunya se quedó a las puertas de entrar en el Parlament.
SANIDAD
La inmigración también ha tensado el sistema sanitario catalán, que ha aumentado en un 15 por ciento el número de tarjetas. Queda por ver cómo se financiará la sanidad y si el copago se convertirá en una herramienta esencial para garantizar la viabilidad del sistema. De momento, está descartado.
ADMINISTRACIÓN
Si en algún sitio los recortes serán más sangrantes será en la administración. CiU quiere recortar en un 20 por ciento su aparato político. En Cataluña hay cerca de medio millón de empleados públicos, de los cuales 165.000 trabajan para la Generalitat y 35.000 en entidades del Govern.
AUTOGOBIERNO
Uno de los principales retos a los que se enfrentará Mas es el autogobierno, cuando las relaciones entre Cataluña y España están peor que nunca. Hacer frente a la sentencia del TC y culminar los traspasos previstos en el Estatut serán algunos de los principales retos. Además, CiU quiere mejorar el sistema de financiación catalán con un pacto fiscal inspirado en el concierto vasco.
INFRAESTRUCTURAS
Si algunos traspasos han sido emblemáticos, estos son los de Cercanías y los trenes regionales. Eso sí, la federación quiere también que se traspase la gestión de la infraestructura ferroviaria y no únicamente el servicio. Mientras la conexión del AVE con Francia parece ya encauzada, queda por decidir qué participación tendrá la Generalitat en la gestión de El Prat o fijar el trazado del polémico cuarto cinturón. Otra apartado polémico es la gestión del agua con el trasvase de aguas del Ródano en el horizonte, una opción descartada por el tripartito.
SEGURIDAD
El president deberá cumplir con sus promesas electorales y una de ellas es suprimir el código ético de los Mossos d'Esquadra. Acabar con las tensiones en este cuerpo de seguridad será otro de los retos a los que deberá enfrentase.
Las tensiones también deberán rebajarse en el cuerpo de Bomberos, después de la imputación de Delta 0 por la muerte de cinco agentes en el incendio de Horta de Sant Joan. Poner fin a los 80 km/h en Barcelona será una de las primeras medidas que tomará el nuevo Govern.
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