Barcelona
El «tejerazo» rasta
Artur Mas salió ayer de su domicilio a las 8:30 horas en dirección al Parlament de Cataluña, donde estaba convocado el Pleno a las 10:00 horas. Habitualmente, el presidente de la Generalitat cubre el trayecto en 15 minutos. Ayer necesitó una hora y cuarto.> La policía se prepara para proteger la investidura de Camps> Los Mosos han detenido a seis personas por los disturbios ante el Parlament> El Parlament aprueba los Presupuestos de 2011 con los votos de CiU y PP> Los diputados lo cuentan en primera persona
Primero sufrió violentos ataques en su coche oficial cuando se aproximaba al Hemiciciclo y, luego, su escolta optó por subir al president a un helicóptero, ya que centenares de «indignados» acosaban los accesos al recinto. El asedio obligó a los Mossos a organizar un potente dispositivo de seguridad, pero ni así se pudieron evitar las agresiones a varios diputados. Los «indignados» no lograron impedir la celebración del Pleno, pero sí mantuvieron cercado el Parlament durante parte de la mañana y, así, por primera vez en 32 años, secuestraron durante unas horas la democracia.
El sitio del Parlament que mantenían los «indignados» obligó a las fuerzas de seguridad a actuar para que los diputados pudieran acceder al Hemiciclo. Hubo 45 heridos –14 de ellos mossos d'Esquadra– y, al cierre de esta edición, seis detenciones. El dispositivo obligó a movilizar a 550 agentes de la Policía autonómica, y también a la Guardia Urbana. La inédita escena de un helicóptero aterrizando en el parque de la Ciutadella, el espacio donde se ubica el Parlament, se repitió una decena de veces. Así lograron llegar al hemiciclo 25 representantes públicos. El resto lo hizo mediante furgones policiales y los más atrevidos a pie, pero muchos de éstos salieron mal parados, fuera por agresiones físicas o verbales. Se lanzaron botellas y pintura.
El Govern se temía lo peor. Anteayer, evitó por todos los medios sulfurar los ánimos de los manifestantes, pero fue inútil porque los «indignados» estaban decididos a plantear uno de los mayores desafíos a las instituciones democráticas catalanas. A las 10:11 horas, con sólo diez minutos de retraso, empezó el Pleno ordinario de una jornada extraordinaria que Mas se empeñó en normalizar. Pero a esa hora, en el Hemiciclo apenas había 70 diputados. Otros se recuperaban de su odisea, como la diputada de CiU Annabel Marcos, que tuvo que ser atendida. Le subió la tensión tras ser retenida por «indignados», que la zarandearon y la insultaron. Las redes sociales sirvieron de desahogo a los parlamentarios.
«Me acaban de agredir, ¿esto es democracia real?». Dentro del Hemiciclo, el consejero de Economía defendía los presupuestos ante un público más pendiente de lo que ocurría fuera. La presidenta del Parlament, Núria de Gispert, tuvo que suspender el Pleno durante 30 minutos para dar margen a los diputados que a las 11:00 horas no habían llegado. El momento más «penoso», en palabras de Mas, llegó cuando los manifestantes prohibieron salir y entrar al Parlament. «Esto es un "tejerazo"con rastas», resumió un diputado.
Mas legitima la fuerza policial
«Se han traspasado líneas rojas». Con gesto grave y preocupado, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, compareció ayer en la sala de Prensa del Parlamento de Cataluña para denunciar la actitud de los violentos en los acessos a la Cámara catalana. Mas realizó una cerrada defensa de la democracia y subrayó los esfuerzos que se han hecho durante años para obtener el sistema actual. A continuación, advirtió de la posibilidad de que la Policía catalana tenga que actuar para reprimir a los violentos y, en este punto, pidió comprensión a los ciudadanos. Todos los partidos cerraron filas con el presidente catalán.
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