Háganlo todo por Alfonso Merlos

Que nadie se llame a engaño. Una cosa es que se hayan prorrogado los plazos para el cumplimiento del objetivo de déficit, y otra que las Comunidades Autónomas puedan tumbarse a la bartola. Una cosa es que se haya decidido rebajar la presión mínimamente para evitar el estrangulamiento de la economía o el colapso, y otra que nuestras regiones se puedan entregar ahora a la holgazanería, o al descanso, o simplemente a incumplir sus obligaciones. ¡Ni de casualidad! ¡Bastante, de Tarifa a los Pirineos, hemos tenido en el pasado!

El mensaje de Rajoy y Montoro no puede ser más contundente ni más apremiante ni más tozudo. Hay que hacer lo que está pendiente ( casi todo) y con la máxima urgencia. Se terminaron las coartadas inconsistentes, las excusas de mal gobernante, las demoras para ajustar unas cuentas que son el puro desbarajuste y, lo que es peor, que son un peligro público para los ciudadanos.
No hay tregua ni descanso. Simplemente Europa nos cambia el punto kilométrico en el que sitúa las metas volantes y, por consiguiente, en el que hay que esprintar. Pero nada más. La liquidación de empresas públicas improductivas, de televisiones ruinosas y de toda suerte de organismos estrafalarios no puede esperar más.

Quienes hasta la fecha han gobernado sus feudos como virreinatos o como condados están ya en el descuento. Han hecho demasiado poco y demasiado tarde. O lo hacen todo y lo hacen ya, o esta tenebrosa recesión puede convertirse en una diabólica depresión. Y ellos serán responsables