Segrelles pide el divorcio

Lo tiene claro y se muestra segura. Paloma Segrelles se divorcia. Así lo ha confirmado a LA RAZÓN a través de una carta remitida al director de este diario, Francisco Marhuenda. «He tomado la decisión de presentar la demanda de divorcio ya que las circunstancias no han cambiado», confiesa. Desde que la web Vanitatis sacó a la luz unas imágenes de su esposo, Emilio Álvarez, besando a otra mujer en Valladolid justo en la víspera de su sexto aniversario de boda, la vida de Segrelles ha dado un giro de 180 grados. No sólo por que el hombre de su vida la ha decepcionado y humillado públicamente, sino porque desde que se publicaron las instantáneas que demostraban la infidelidad del empresario ha tenido que aguantar numerosos comentarios despectivos, e informaciones no contrastadas, y además ser la protagonista de las revistas del «cuore», muy a su pesar.

Respeto a sus hijas
A pesar del mal trago, también sabe agradecer el trato que se le ha dado en varios medios de comunicación, como en LA RAZÓN: «A ti y a todos los que como tú habéis tratado con delicadeza la dura situación que atravieso quiero daros las gracias. Sé que además algunos teníais la información desde hace meses», asegura en el comunicado. Tal ha sido la persecución mediática a la que ha estado expuesta estas semanas que su entorno también ha sufrido las consecuencias y por este motivo pide respeto: «Me gustaría poder recuperar mi intimidad, porque entiendo que mi situación, una vez conocida, carece de mayor interés, y confío que a partir de ahora no encontraré prensa a la salida del colegio de verano al que van mis hijas».

No será un verano fácil para Paloma Segrelles, sin embargo siempre ha contado con el apoyo de su familia, sobre todo en su padre, Francisco Segrelles, y su madre, Paloma, con la que trabaja en la gestión del Club Siglo XXI. Hasta ahora, la relaciones públicas había optado por darse un tiempo para reflexionar sobre todo lo que le estaba ocurriendo, e incluso seguía viviendo junto a su todavía esposo en la vivienda que poseen en una exclusivo zona de Madrid, pero parece que ya no hay vuelta atrás y se centrará en la educación y el cuidado de sus dos hijas gemelas de 4 años para las que pide discreción. Con este divorcio se pone fin a la historia de amor de una de las parejas más destacadas de la sociedad madrileña que se dio el «sí, quiero» el 6 de julio de 2006.