Debate Estado Nación

De Paris Hilton a Fidel Castro

PP, PSOE e IU se enzarzaron en un debate de cuatro horas para lograr sólo un acuerdo en materia cultural.

Aguirre: «Oír a un socialista hablar de empleo suena a París Hilton fundando conventos»
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El de ayer fue el Debate sobre el Estado de la Región más árido y pesado de la legislatura. Era el turno de los dos grupos de la oposición, el turno para que ambas formaciones evidenciaran sus diferencias y críticas contra la gestión del PP, pero si algo demostraron fue la fractura abierta entre PSOE e IU y sus divisiones internas. Un año más, Esperanza Aguirre tuvo respuestas, datos, casos concretos e incluso gráficos para contestar a Maru Menéndez (PSOE) y a Gregorio Gordo (IU). Y por primera vez, éstos dividieron sus fuerzas para intentar rebatir a una Aguirre que demostró toda su experiencia como oradora parlamentaria.

La soledad de IU

El primero que saltó al ruedo fue Gordo que no sorprendió. Hizo uso del clásico discurso de la «izquierda» más clásica, apelando a la defensa de un Estado más poderoso, de la clase trabajadora y de lo público. Atacó a la presidenta por sus políticas liberales y por la decisión de ésta de «ajustar» a lo que fija la ley el «excedente» de liberados sindicales de la Administración. El portavoz de IU animó desde el atril a los «electores del PSOE» a secundar la huelga contra la política económica de José Luis Rodríguez Zapatero. Pero éste no fue el único «dardo» de Gordo a sus compañeros históricos. Gordo advirtió a los socialistas de que el debate «no es una pasarela de candidatos», en referencia a la lucha por las primarias del PSOE y a la carrera por hacer declaraciones a los medios del bando de Tomás Gómez, por un lado, y de los de «Trini», por otro.

A pesar de que era el segundo Debate, Gordo no logró pronunciar sin leer su discurso, al que le faltó intención y cadencia. Y, aunque estuvo mejor en las contrarréplicas, no pudo evitar que la presidenta sacara su lado más irónico en sus respuestas. Aguirre reconoció tener «debilidad en lo personal» por el portavoz de IU «por la convicción con la que expresa sus ideas», pero lamentó que defienda un modelo «que ya no apoya ni Fu Jintao (pte. del Partico Comunista chino), ni Fidel Castro».

Las ataduras del PSOE
Pero si IU no logró arrinconar a Aguirre, el PSOE aún consiguió menos. Los socialistas llegaban al Debate con los ojos y las energías puestas en un proceso de primarias que ha partido por la mitad a los diputados del grupo. A los problemas internos se les unía la ruptura con IU a cuenta del enfrentamiento del Gobierno central con los sindicatos. La portavoz del PSOE tuvo que morderse la lengua para no criticar, como es costumbre en ella, la política económica de Aguirre, consciente de que es la que Zapatero ha tenido que poner en práctica ante la crisis económica. La huelga de los sindicatos contra los recortes sociales y laborales del Gobierno central, fue el otro «hándicap» con el que Maru Menéndez (militante de UGT) salió a rebatir. Sólo se concedió una pequeña, pero significativa declaración de intenciones, al confesar: «Señora Aguirre,usted tiene fobia a los sindicatos y a Zapatero. Sus dos fobias son mis dos pasiones». Se centró, entonces, en críticar la «privatización» de la Sanidad, las «prolongadas» listas de espera y el «boicot» a la Ley de Dependencia. Acusaciones que Aguirre desmontó sin despeinarse con una batería de ejemplos y datos.

Menéndez se permitió entonces prometer empleos si el PSOE gobernara, a lo que la presidenta le replicó que «oir a un socialista hablando de empleo suena como si Paris Hilton viniera a hablarnos de fundar conventos». En último lugar tomó la palabra David Pérez, portavoz del PP. A pesar de la salida de muchos diputados del PSOE del hemiciclo, Pérez, con gran soltura e ironía, hizo revolverse a los que se quedaron al criticarles por estar más centrados en las primarias que en Madrid. El Debate finalizó con un sólo acuerdo: apoyar la candidatura de Alcalá como Capital Europea de la Cultura en 2016.