Lo que Goya (probablemente) no hubiese querido que viésemos

El máximo entendido en Velázquez en Estados Unidos admite que "la primera vez que fui a España hace décadas fue para estudiar el dibujo antiguo. De Ribera y después de Murillo", admite sentado en un banco de un jardín interior de este museo, donde se podrán ver los dibujantes españoles más destacados de entre los siglos XVII y XIX.

El proyecto cuenta con más de cincuenta de los mejores dibujos españoles procedentes de museos y colecciones privadas como el Metropolitan Museum of Art, la Hispanic Society of America o la biblioteca Morgan,entre otros.

Brown sonríe cuando reconoce que "creo que si todos estos artistas estuviesen vivos, no hubiesen permitido esta exposición. Los dibujos suelen ser el primer ejercicio. Es un laboratorio de ideas, de imágenes. En algunas ocasiones luego no se les permitió seguir adelante (con estos proyectos). En esta muestra hay una riqueza artística casi desconocida", explica del trabajo de la Frick. Los dibujos de los grandes artistas rara vez son objeto de grandes exposiciones, los cuales eran recelosos de enseñarlos al gran público. Muchos de ellos ni siquiera permitían el acceso a sus estudios.

Al menos, la Frick parece un lugar perfecto para exponer la intimidad de estos maestros con este tipo de exposiciones. "Es un sitio muy atractivo y con un ambiente muy especial. Los espacios están muy ajustados. Son imposibles las aglomeraciones. Y este tipo de lugares permite la contemplación y conversación con las piezas", recuerda en contraste con otros museos que parecen, a su jucio, "estaciones de trenes".

La muestra arranca con raros dibujos de los maestros de principios del siglo XVII, Francisco Pacheco con Rey David (1610-13) y Vicente Carducho, a los que sigue Jusepe de Ribera con David y Goliath (1625-30). Después se encuentran bocetos rápidos y dibujos más acabados a la aguada, elegidos entre la rica obra del maestro andaluz Bartolomé Esteban Murillo, junto con trabajos vivaces de Francisco de Herrera el Viejo y su hijo.

La segunda parte de la exposición presenta más de veinte dibujos de Franciso de Goya, cuya obra gráfica rara vez se estudia en el contexto de los artistas anteriormente citados, entre los que destacan Autorretrato (1798) o Tres hombres excavando (1812-20).