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Hotel Convento Sao Paulo dormir en celdas monacales
En Hotel Convento Sao Paulo confluye todo esto. Una bonita fusión de factores y atractivos a la que se une un elemento de importancia incuestionable: la historia que se respira entre estos ancestrales muros religiosos.
Lo suelen catalogar como hotel-museo, y no les falta razón. Es, en verdad, un museo al aire libre por dos destacables razones. La primera, la riqueza e historia de este impresionante espacio, que fuera ya convento desde el siglo XVI. La segunda, la cantidad de esculturas, fotografías y pinturas que advertiremos en todo el recinto debido de la multitud de exposiciones de todo tipo que se realizan de manera periódica; muestra del gusto por las artes de su propietario.
Todo él es un espacio donde el huésped se siente cómodo, en el que apreciar el valor de dejar pasar el tiempo con tranquilidad, sin ruidos, sin estridencias, sin sobresaltos. Aquí el tiempo, afortunadamente, pasa con lentitud.
Otro dato -nada desdeñable- es que, además de encontrarnos en el incomparable marco natural de la "Serra d´Ossa"(un precioso espacio en el que disfrutar de una de las más emblemáticas sierras portuguesas), cuenta con cerca de 600 hectáreas que rodean y preservan este histórico hospedaje ofreciendo, además, la posibilidad adicional de realizar recorridos entre una típica dehesa de encinares y alcornoques. Todo ello unido a que la cercana (apenas 10 kilómetros) villa de Redondo es una recomendable escapada para conocer el corazón de un pueblo típicamente alentejano
Así pues, hemos llegado a un pequeño paraíso monacal reconvertido en hotel con encanto.
Nada más acceder nos daremos cuenta que la labor de restauración y mantenimiento de este impresionante espacio es digna de los más sinceros elogios. La iglesia, la sacristía, el claustro, el solarium, las antiguas celdas de los monjes, los pasillos, etc., se han ido adaptando, a través de una meritoria labor de conservación, a las nuevas necesidades.
La idea es sentir que estamos en un lugar único, sin copias, original, con personalidad propia. No en vano, hay testimonios y crónicas de relevantes personajes de la historia portuguesa que pernoctaron aquí, como D. Sebastião, D. João IV y Dª. Catarina de Bragança
De todos es sabido que el trabajo de la azulejería en Portugal es una verdadero arte. Sus colores azules y blancos parecen asociarse de manera perenne a nuestro país vecino. Pues bien, en Convento Sao Paulo merece una mención especial este apartado. La riqueza de sus azulejos es verdaderamente impresionante. El siguiente dato es suficiente para entender cuando escribo: hay más de 54.000 y es, según me explicaron, la mayor colección privada del país.
A todo ello hay que unirle la faceta gastronómica de sus fogones, con una estupenda representación de la cocina alentejana. En todo caso, aconsejo probar el "bacalao conventual", una variedad más de las innumerables posibilidades de degustar este pescado en Portugal
Pero las sorpresas aún no han acabado. Este hotel forma parte del grupo "hoteles de arte", que tratan de potenciar, ayudar, promocionar y fomentar, en la medida de lo posible, diferentes facetas artísticas. No es pues extraño encontrarnos con alguna exposición durante nuestra estancia. Verdaderas obras de arte, además de las centenarias de este convento, donde conjugar modernidad y tradición, futuro e historia.
Web: www.hotelconventosaopaulo.com
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