Empiezo a creer

Parece que es posible la superación de la crisis en España. Comienzo a creerlo gracias al acuerdo cerrado por los dos grandes partidos de la política nacional –allá los que no quieran sumarse– para incluir en la Constitución el límite al déficit estructural. Espero que sea el comienzo de una serie de pactos entre el PP y el PSOE, absolutamente imprescindibles si España pretende salir de la actual coyuntura económica. Lo escribía en esta periferia hace tan sólo un mes: «se requiere un gran pacto entre las dos grandes formaciones (deberían apuntarse algunas más) no sólo en el aspecto económico, sino en algún otro capítulo sin cuya solución será imposible solventar esta situación». Ojalá esta conjunción se traslade a otras prioridades como la reordenación institucional-territorial, el Pacto para la Justicia, terrorismo, Asuntos Exteriores, reforma energética … Sólo así España solventará el problema de la desconfianza que traslada al exterior. Séneca decía algo como «quien ha perdido la credibilidad, no le queda nada por perder». Y nuestra credibilidad está por los suelos por falta de un marco jurídico y político que ofrezca garantías. Necesitamos que tanto el PSOE como el PP sean más españoles y menos partidos. Aunque más vale tarde que nunca, lástima que Zapatero se haya dado cuenta cuando toca a su fin, político «of course». Si se hubiera caído del caballo hace algún tiempo, no tendríamos tan dramático escenario. El PP y el PSOE abarcan prácticamente el 90 por ciento de los votantes, casi la totalidad de la soberanía nacional. El acuerdo de la semana pasada, como expresaba el sábado el editorial de LA RAZÓN, «constituye un pilar decisivo sobre el que impulsar cambios imprescindibles». Así es la vida.