Que se aclaren

Vale que el Gobierno y especialmente su presidente hayan reaccionado tarde y mal a la crisis económica. Pase que hace una semana y un día Zapatero anunciase una serie de medidas que suponían ir en sentido contrario a lo que ha estado haciendo hasta ahora. Pero lo que no se puede tolerar es que, con la que está cayendo, ni él ni algunos miembros de su Ejecutivo se aclaren. En estos momentos, que casi me atrevería a calificar de emergencia nacional desde el punto de vista económico, no vale la política de globos sondas o de declaraciones contradictorias, de hoy digo una cosa y mañana la desmiento. El penúltimo ejemplo (puede que en las últimas horas haya surgido otro) está en lo de los impuestos. Los del Gobierno actúan como si bailasen la yenka: izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante y atrás. Ayer Z dijo que los subirá, pero sólo a la rentas más altas. ¡Acabáramos! En estos momentos echo de menos un líder político que coja el toro por los cuernos y me diga (nos diga a los españoles) que vamos a pasar una época mala; que vienen tiempos de sangre, sudor y lágrimas; que la situación de las finanzas públicas es complicada; que la recaudación de los impuestos ha caído en picado; que cada vez nos cuesta más trabajo y dinero colocar la deuda pública en el exterior; que es necesario controlar el déficit público; que como ingresan menos, las Administraciones gastarán menos y que, nos pongamos como nos pongamos, algunas subidas de impuestos va a haber. Todo eso, y algunas cosas más, echo de menos. Pero, sobre todo, quiero que se aclaren y que dejen de perder el tiempo.