Andalucía

OPINIÓN: Acabarán

La Razón
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No es que no quiera uno abrir los periódicos por no leer miserias (por si faltaba algo, nuestros atletas irán a las olimpiadas vestidos de dominguero cutre), es que empieza uno a no querer despertar por no descubrir la gran mentira que ha sido este país desde la implantación de las autonomías. Entre las que por su concierto económico foral suponen un auténtico lastre para los demás y el despilfarro generalizado que ha cundido en todas, sin excepción, parece que el sistema autonómico es un lujo que no está a nuestro alcance, como tampoco lo está la voracidad de servicios que nos ha llevado a poner AVEs incluso donde nadie los quería utilizar. Y no hablemos de aeropuertos, polideportivos y museos en general, dejando aparte coches oficiales y repartos generosos de subvenciones a los amigos y votantes; Andalucía, al respecto, ha resultado ejemplar. Cuando creíamos que habíamos tocado fondo y que había llegado el momento de coger pico y pala y empezar a cavar, resulta que lo que hay que hacer son galerías de minas para alcanzar el subsuelo del suelo que siempre se abre a nuestros pies y cada semana se ahonda para desesperación de las clases medias, sobre todo las funcionariales. Cuando todos, hasta quienes no lo votamos, esperábamos que el cambio de gobernantes supusiera un alivio de los mercados, nos encontramos con que Rajoy ni sabía resolver el problema ni tenía plan alguno para sacarnos del hoyo. Al contrario, incluso haciendo lo contrario de lo que vendió, la prima no deja de subir, ya estamos por encima de los 600 y al igual que no se ve el fondo tampoco vemos el techo de lo que habremos de pagar para el gasto corriente del Estado y sus 17 miniestados chupópteros. ¿Hundimiento se llama eso?