Comunidad de Madrid
Autobuses y taxis «anti-piquetes» para los trabajadores de Metro
De esta manera, se quiere evitar incidentes con piquetes o compañeros como, según denunciaron desde la Comunidad de Madrid, ocurrieron durante las jornadas de paros anteriores.
Se acabó la tregua. Los trabajadores de Metro no están dispuestos a ceder lo más mínimo y hoy volverán a dejar el suburbano a «medio gas». La última oferta de la empresa, que supone recortarles su sueldo en un 1,5% (unos 30 euros al mes), no ha convencido a los sindicatos (CC OO, UGT, Sindicato Libre, de Conductores y Solidaridad Obrera) ni a los trabajadores, que el lunes ratificaron su intención de continuar con la «guerra» contra la Comunidad y contra su Ley de Medidas Urgentes, que les obliga a rebajarse el sueldo un 5 por ciento. Pero mientras los sindicatos continúan con el «tira y afloja» con la empresa (hoy habrá una nueva reunión), muchos trabajadores empezarán a sufrir en pocos días las consecuencias de los paros. Será con la llegada de las nóminas de julio, en las que ya se descontarán 100 euros de media por cada día de huelga secundada y la reducción del 5% acumulado de los meses de junio y julio, si no se llega antes a un acuerdo. En total, la huelga podría salirle a cada trabajador por unos 500 euros. Una cifra que ya empieza a pesar en las filas del suburbano. Por ello, hoy y el viernes, Metro pondrá a disposición de los empleados, que deseen ejercer su derecho a trabajar pese a los paros convocados, autobuses o vehículos privados que les trasladarán hasta su puesto de trabajo con total seguridad. El objetivo es respetar la voluntad de todos los trabajadores y evitar las coacciones de los piquetes, que, en pasados días de huelga, llegaron a utilizar las manos para impedir el acceso a su puesto de trabajo de cuatro compañeros.Protección para los que si quieren trabajarDesde el primer día de huelga, el pasado 28 de junio, hubo trabajadores que se pusieron en contacto con la empresa para trasladar su deseo de trabajar a pesar de que no estaban designados para cumplir los servicios mínimos.Con la llegada de la huelga «salvaje» en los que el metro se tuvo que cerrar, las llamadas aumentaron. En concreto, el día 29, la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, tras un conversación con Alfredo Pérez- Rubalcaba, llegó a considerar la oferta del ministro de Interior para que la Policía «tomara» el suburbano, escoltara a los trabajadores y abrir así la Línea 8. Se hizo el intento, pero finalmente se rechazó la idea ante la dificultad para coordinar los turnos de trabajo de los empleados no huelguistas.El objetivo de la empresa pública es que se respete el derecho a trabajar. Para ello, Metro velará por la seguridad de cada uno de los empleados que hoy, pese a la huelga (con servicios mínimos), quieran acudir a su puesto de trabajo. El «modus operandi» de este dispositivo de seguridad será de la siguiente manera. Cada empleado, que no pueda acceder a las instalaciones, se podrá poner en contacto con los mandos intermedios (jefes directos) que les citarán en nueve «puntos de encuentro» que serán: Colonia Jardín, Puerta del Sur, Pacífico, Moncloa, Mar de Cristal, Aluche, Loranca, Fuencarral y Gonzalo de Córdoba. Hasta estos puntos se desplazarán autobuses privados o taxis (según la necesidad) que trasladarán a los empleados, que lo soliciten, a su lugar de trabajo, velando por su seguridad ante posibles incidentes.Incidentes en CanillejasEste dispositivo se pone en marcha después de que en el tercer día de huelga y segunda jornada en la que no se respetaron los servicios mínimos, cuatro trabajadores fueran agredidos por un piquete. Fue el día 30 de junio, a primera hora de la mañana, cuando cuatro empleados de Metro intentaron acceder a las cocheras de trenes que la empresa tiene en Canillejas. En la entrada de estas instalaciones, un piquete informativo compuesto por unas 50 personas les impidió el paso y no dudó en hacer uso de la fuerza para evitar su acceso a su puesto de trabajo.Los empleados tuvieron que ser atendidos en la clínica de las cocheras por diversas contusiones y politraumatismos y la empresa denunció los hechos ante la Justicia. El mismo piquete impidió el paso de varios técnicos e ingenieros del suburbano.
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