Irlanda
Casualidades
Las casualidades en política no suelen existir y cuando éstas se producen de manera concatenada casi siempre se convierten en causalidades. El Gobierno puede negar acuerdos con la izquierda abertzale, pero más allá de la confirmación de su existencia por el propio Eguiguren hace más o menos un mes, no me digan que no es «casualidad» que el Ministerio del Interior decida retirar más de 100 escoltas el mismo día en que la banda anuncia su parón. Porque de momento, de acuerdo con el contenido de su comunicado, no va más allá de un mero paro. Otra «casualidad», el Ejecutivo decidió poner en libertad a Díez Usabiaga, Iñaki de Rentería, trasladar a López Riabo y Otegi… En definitiva, premiar a los etarras «buenos» que apuestan por el abandono de las armas. Otra «casualidad», que Batasuna pida una tregua a la banda y ésta la haga pública al día siguiente; aunque ni indefinida ni verificable. Y aquí está el «quid» de la cuestión. Todo el montaje estaba preparado para que ETA abdicara en Batasuna y el partido, libre de conexiones con la violencia, pudiera presentarse a las elecciones de mayo. Asimismo, sería éste quien negociara con el Gobierno la soberanía a través de un foro formado por el mundo nacionalista «sin injerencias violentas»; como sucedió en Irlanda. Pero aquí existe una pequeña diferencia y es que el primo de Zumosol en el comunicado emitido por la BBC no ha querido soltar las riendas y dejar que el brazo político dirija el proceso. (Continuará).
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