Artistas
«El miedo no me lo quita nadie»
La incomprensión invade a las víctimas de los delirios de Noelia de Mingo. Algunas no aceptan ni perdonan lo que hizo aquel 3 de abril de hace casi diez años. No es el caso de Luis Vallés, su padre fue apuñalado en dos ocasiones por una de las personas que él creía que velaría por su salud. «Le acuchilló una vez y le dejó tendido en el suelo. Cuando pudo incorporarse para pedir ayuda, se encontró con su asesina», comenta el decorador de cine. Después de más de tres años enfrentándose al problema, hoy Luis ve el suceso con otros ojos, «me informé de lo que significa esquizofrenia paranoide para intentar entender el problema, aunque el miedo no me lo quita nadie». Las dudas le abordan cuando se entera de que la asesina de su padre va a abandonar el centro psiquiátrico en el que está internada durante un mes. «No comprendo cómo el juez le permite salir sin tomar ninguna medida preventiva. Nos preocupa que no haya garantías», afirma. Águeda, su madre, falleció el año pasado, por un problema de corazón. «El día de la muerte de mi padre, él estaba en el centro médico acompañando a mi madre. La habían operado de corazón». A pesar de los malos recuerdos que le puede provocar caminar por los pasillos del mismo hospital, a lo largo de los ocho años siguientes tuvo que acudir de manera continua: «Mi madre no quiso cambiar de médico y notamos cómo los que trabajan allí nos trataban con especial cariño». Otra de las incertidumbres que acosa a Luis en ocasiones es «la vista gorda que hicieron los responsables directos de Noelia. Todos sabían que se comportaba de manera extraña, elaboraba informes con el ordenador apagado, pero nadie dijo nada. No entendemos cómo no se les ha juzgado. Si lo hubieran hecho, no se habría producido la tragedia».
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