España
No persiga el amor
Hay ocasiones en que, como dejó escrito Javier Tusell en unas páginas memorables de «El País» publicadas en la época más brillante del Gobierno de Aznar, el PP da miedo. Esa terrorífica situación se apodera de nuestros corazones, por ejemplo, cuando se ensaña con el PSOE en una persecución despiadada y cruel. El último caso que conozco de ese encarnizamiento injustificado lo ha proporcionado una diputada del PP que se llama Teresa Ruiz Silledo. Esta señora sin corazón y sin entrañas preguntó en sede parlamentaria en octubre de 2009 a qué tareas se dedicaba el novio de la ministra Aído. La interpelación no podía ser más desalmada y tramposa porque el compañero sentimental de la ministra de Igualdad es delegado de la Junta de Andalucía en Madrid, es decir, embajador de tan bella región española en la Villa y Corte. ¡Vamos que está claro! Bueno, pues como el PSOE no ha dado respuesta a la impertinente pregunta de la recalcitrante señora Ruiz Silledo concretando actividades, la sádica diputada del PP lleva casi un año insistiendo en su desproporcionada pretensión. Ya es gana de perseguir a dos enamorados el mantenerse en su empeño casi un año entero, pero es que además si la señora Ruiz Silledo leyera la prensa sabría más que de sobra que Julián –el novio de la ministra Aído– no vive de la sopa boba. Tras rastrear en distintas fuentes, las conclusiones son innegables. Julián ha asistido en los dos últimos años a ocho actos de carácter oficial. ¿Acaso le parece poco a la implacable señora Ruiz Silledo? Pues que sepa que Julián ha trabajado mucho más que la media de los liberados sindicales y a ésos nadie les afea la actividad (es un decir). ¿Por qué tiene ella que entrar en tromba contra una persona que cobra tres mil euros al mes –pagas y prebendas aparte, las cosas como son– si ha ido a ocho actos en los dos últimos años? Aún me atrevería a decir más. De esos ocho actos, prácticamente todos se concentraron en el primer año. Doy un paso más allá. Desde que la señora Ruiz Silledo emprendió esta indigna persecución de una pareja de enamorados, no tenemos noticia alguna de que Julián haya asistido a ningún acto más. Vea su excelencia Ruiz Silledo lo que ha conseguido. Nada más y nada menos que Julián se haya visto lógicamente afectado por tanta maldad y se encuentre retraído en su importantísima misión de representar a Andalucía en la capital de España. No quisiera pecar de temerario bien lo sabe Dios, pero tengo para mi que la señora Ruiz Silledo no tiene sensibilidad. No puede entender que una pareja, tal y como va el país, necesita un par de sueldos para llegar a fin de mes; no puede entender la grandeza de nuestro estado de las autonomías; no puede entender el trabajo tal y como lo ven los progresistas y, por encima de todo, no puede entender el amor. Lo digo consternado, casi me atrevería a decir que a un punto de la ira: «Señora Ruiz Silledo, no quiera usted saber en que se gasta el dinero que sale de nuestros bolsillos; no se meta en la vida privada de los demás que para eso está el Gobierno de ZP y, sobre todo, se lo ruego, no persiga usted el amor».
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