Disturbios

Antidisturbios en el juzgado

El sindicato CCPM se queja de que se saque a estos policías expertos de las calles para una labor que no es suya.

Es la primera vez que los agentes municipales se encargan de la vigilancia de un edificio judicial en Madrid
Es la primera vez que los agentes municipales se encargan de la vigilancia de un edificio judicial en Madridlarazon

MADRID- El Grupo de Respuesta Inmediata de la Policía Municipal es relativamente nuevo. Su labor se puede asemejar a sus análogos nacionales de la Unidad de Intervención Policial (UIP). Es decir, escudos, cascos, etc. Lo que en la calle se conoce como antidisturbios. Están especializados en el control de masas y actuaciones rápidas.
Quizá por eso, extraña que desde julio, una decena de estos agentes que están integrados en la Unidad Central de Seguridad (UCE), vigilen el interior y el perímetro exterior de los juzgados de Plaza Castilla. Nunca antes, agentes municipales se habían encargado de la seguridad de este tipo de edificios. Es decir, de sedes judiciales. Hasta ahora, esa labor era competencia de la Guardia Civil y la Policía Nacional. Llama la atención que se escojan a este tipo de agentes especializados para la vigilancia. Normalmente, los agentes que se emplean para estos menesteres suelen ser policías y guardias de más edad. De hecho, el Ministerio del Interior firmó un convenio con el Gobierno de Cantabria en el que se acordaba que sus juzgados fuesen policías en segunda actividad los que velasen por la seguridad del edificio. Entonces, ¿por qué en Madrid se ha optado por antidisturbios?
La principal hipótesis podría ser que ha habido un aumento de la violencia dentro de los juzgados y se pretende aplacar este crecimiento con policías especializados. También podría ser que la plantilla de la Guardia Civil allí destinada sea tan mínima que se haya elegido suplirla con locales de Madrid.
Sea como fuere, el Colectivo Profesional de la Policía Municipal (CCPM) considera un nuevo error este acuerdo alcanzado por el Ayuntamiento de Madrid. En primer lugar, porque estos agentes, que antes cumplían sus funciones en la calle, rebajan el número de policías encargados de la seguridad de la ciudad de Madrid. Una lamentable noticia, teniendo en cuenta la, en su opinión, escasa plantilla actual.

Sin taquilla ni vestuario
Además, desde CCPM se duda mucho de la legalidad que implica este nuevo dispositivo. Por ejemplo, porque los agentes deben de llevar puesta su gorra cuando en el reglamento del Cuerpo que especifica que la prenda de cabeza no se lleve en el interior de edificios.
La gota que colma el vaso es que los municipales no tienen ni siquiera un vestuario donde cambiarse cuando acuden a trabajar. No sólo eso, tampoco cuentan con taquillas ni ningún lugar donde dejar sus cosas.
Por eso, piden que se restituya en sus puestos a estos agentes de forma inmediata para que no se resienta más la seguridad de los madrileños.


Evitar charlas desde los calabozos
La Policía Municipal también se encarga de que no haya comunicación ni intercambio de objetos en los calabozos desde la calle. Es bastante habitual que los familiares de los detenidos busquen tranquilidad y certeza en el lateral de los juzgados. Están situados como en los bajos del edificio, sin embargo, eso no impide que las ventanas con barrotes se comuniquen con el exterior. Por eso, cuando uno no sabe si su familiar/amigo/novio, que ha pasado a disposición judicial o está ya en sede judicial o a la espera de quedar en libertad, buscan a gritos a través de las ventanas. Para impedir todo eso, se ha precintado la zona. Sin embargo, es bien fácil traspasar el perímetro de seguridad y acceder a la ventana del calabozo. No sólo se trata de gritar y buscar a alguien sino también de introducir sustancias estupefacientes en esos habitáculos.