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Desmemoria histórica

España se «olvidó» de su papel como administradora del Sáhara y del referéndum que prometió para 1975

14-11-1975. España, Mauritania y Marruecos firman el Acuerdo de Madrid. Se reconoce el derecho de los saharauis a un referéndum.
14-11-1975. España, Mauritania y Marruecos firman el Acuerdo de Madrid. Se reconoce el derecho de los saharauis a un referéndum.larazon

Madrid- Hubo una vez en que el Sáhara fue una provincia española. Hubo una vez que hasta en los sellos se lucían, como trajes regionales españoles, las melfas saharauis. Hubo una vez en que España se planteó integrar definitivamente el territorio mediante un referéndum. Hubo una vez en que los mapas mostraban orgullosos el nombre de «Sáhara Español» así, con letras bien grandes. Tan «español», vaya, como Gibraltar. Sí, hubo una vez... pero España, sobre todo sus sucesivos gobiernos, lo olvidó todo.

Pasaron los años. Treinta y cinco ya, desde que la Marcha Verde de Hassan II forzó el abandono de la que empezó siendo una colonia en aquel lejano 1884, cuando España reclamó en la conferencia de Berlín el territorio entre cabo Bojador y cabo Blanco. Ahora, en 2010, el baúl del abuelo, olvidado en el desván, nos devuelve fotos ajadas, memorias en sepia, de un pasado mezcla de glorias y desastres, de orgullo y mezquindad. Recuerdos difusos que, como los de Sidi Ifni o Fernando Poo, muchos políticos preferirían borrar definitivamente de la memoria colectiva.

El caso es que no es así. Los hechos son tozudos y España, mal que le pese al Gobierno de turno, sigue siendo a día de hoy la potencia administradora del Sáhara Occidental. La relación anual del IV Comité de las Naciones Unidas (que tramita los asuntos de los 16 territorios no autónomos que quedan en el mundo) siempre se refiere al Sáhara como un territorio «ocupado por Marruecos» y a España como el «administrador de iure» del territorio, como explica a LA RAZÓN Felipe Briones, miembro de la Asociación de Juristas por el Sáhara.


Responsabilidad ineludible
Según las normas del Derecho Internacional, una potencia colonial no se puede desligar unilateralmente del territorio que ha administrado. Por tanto, el abandono de la entonces provincia española y la cesión de su administración a Marruecos y Mauritania «son nulos jurídicamente», puntualiza Briones. «Y hasta que no se produzca el referéndum de autodeterminación previsto por la ONU, la potencia administradora no puede desligarse» de sus responsabilidades, añade.

La ONU ha dejado claro este «olvido» de España a lo largo de los años. En el informe S/2002/161, de enero de 2002, dirigido al presidente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, se indica que «el 14 de noviembre de 1975, España, Marruecos y Mauritania emitieron en Madrid una declaración de principios sobre el Sáhara Occidental con arreglo al cual las facultades y responsabilidades de España, como potencia administradora del territorio, se transfirieron a una administración temporal tripartita». Pero, acto seguido, el informe de la ONU puntualiza que «el Acuerdo de Madrid no transfirió la soberanía sobre el territorio ni confirió a ninguno de los signatarios la condición de potencia administradora, condición que España, por sí sola, no podía haber transferido unilateralmente».

Por si hubiera alguna duda de parte marroquí respecto a su papel en el Sáhara, la ONU añade: «La transferencia de la autoridad administrativa sobre el territorio a Marruecos y Mauritania en 1975 no afectó la condición internacional del Sáhara Occidental como territorio no autónomo». Dicho de otra forma, el reino alauí es un «ocupante» de un territorio que no le corresponde desde hace 35 años, pero eso no es mayor problema para Mohamed VI, como no lo fue para su padre.

Hassan II, por cierto, tampoco cumplió ninguno de los términos pactados en el Acuerdo de Madrid, en el que se reconoce el derecho de los saharauis a tener un referéndum. Además, en su anexo secreto, de claro contenido económico, se pacta que los barcos españoles podrán faenar en aguas saharianas durante un número de años y que España seguirá beneficiándose de la explotación de los yacimientos de fosfatos a través de la empresa FOSBUCRAA. Marruecos incumplió desde el principio todos esos compromisos, aunque no fue el único.

En 1974 España se comprometió ante la ONU a realizar un referéndum al año siguiente y elaboró un censo de población. En esa consulta, que nunca se llevó a cabo, se iba a plantear a la población saharaui que eligiera entre integrarse en España o constituir un país independiente. De eso también nos olvidamos cuando el 26 de febrero de 1976, los últimos soldados salieron del Sáhara.


Momentos decisivos
- Octubre de 1975
La Corte Internacional de Justicia de La Haya dictamina que no hay «lazo de soberanía territorial» entre el Sáhara Occidental y Marruecos.
- 6-11-1975
La Marcha Verde, compuesta por 350.000 súbditos de Hassan II, atraviesa la frontera internacional del Sáhara Occidental.
- 14-11-1975
España, Mauritania y Marruecos firman el Acuerdo de Madrid. Se reconoce el derecho de los saharauis a un referéndum.