Bruselas

Toxo y Méndez se enrocan y amenazan con más huelgas

Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez enfatizaron ayer en sus intervenciones el alcance de la jornada de huelga
Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez enfatizaron ayer en sus intervenciones el alcance de la jornada de huelgalarazon

MADRID- Lejos de tender puentes con el Gobierno, los líderes de CC OO y UGT amenazaron ayer al Gobierno con intensificar la confrontación si el Ejecutivo no da marcha atrás en los Presupuestos Generales del Estado de 2013 y convoca un referéndum sobre la continuidad de la política de austeridad generalizada impuesta por Bruselas a todos los países de la UE. A media jornada, los secretarios generales de ambos sindicatos, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, presentaron un balance satisfactorio sobre el seguimiento del paro y advirtieron de que el 14 de noviembre no es el fin de ninguna etapa. Toxo solicitó al presidente del Gobierno que valore «adecuadamente» el sentir de la sociedad española «para que no le ocurra lo que ha pasado con los desahucios». De lo contrario, el Ejecutivo sólo logrará que «crezcan el desánimo» y las protestas. En este sentido, el líder de CC OO no descartó futuras movilizaciones si Rajoy «no emienda» la política de ajustes y modifica sustancialmente los PGE, un supuesto inasumible para el Gobierno, que se ha marcado como objetivo prioritario cumplir con los compromisos de España ante sus socios europeos. «No sé si habrá más huelgas generales en el horizonte próximo. Está en manos del Gobierno evitarlas o hacer que se produzcan», añadió Toxo. Por su parte, Cándido Méndez exigió al ministro de Economía, Luis de Guindos, que advierta a Bruselas de que España no puede seguir por el sendero de la austeridad y destacó que la huelga es una prueba de que la mayoría de ciudadanos no comparte la política de sufrimiento del Gobierno. En parecidos términos se expresó el secretario general de USO, Julio Salazar, quien pidió un «cambio de rumbo».

 

Perfil / Cándido méndez / Secretario general de UGT
El «progre» trasnochado
Pilar Ferrer
El día que José Luis Rodríguez Zapatero resultó elegido presidente del Gobierno, pronunció la gran frase: «Éste es el líder que España necesita». Menudo ojo, a tenor de la herencia recibida. Cándido Méndez, nacido en Badajoz, extremeño de pro, siempre fue un poco visionario, hasta que se marchó a hacer la mili a Ronda. Allí engrosó las filas de los llamados «boinas verdes», una especie de infantería que le dejó dos marcas: una, en el hombro izquierdo, a raíz de un ejercicio de entrenamiento. Otra, la de un compañero que le dijo: «No me gusta tu cara de progre trasnochado». Y es que Cándido, entonces de rostro gélido y delgada figura, dormía poco. Algo que no ha variado con los años. Es insomne sin remedio. El secretario general de UGT llegó a la vida sindical con dieciocho años, en Jaén. Ingeniero técnico especializado en química metalúrgica, fue diputado en el Parlamento andaluz y en el Congreso. Su vida cambió al conocer a Nicolás Redondo, su gran mentor, a quien sucedería en abril de 1994. Desde entonces, no ha dejado el puesto, desde esa arcaica organización que preside las Centrales Sindicales en España. Se dejó la barba en sus años de juventud, se compró un coche de segunda mano, un piso en Vicálvaro, y un reloj de marca, según él dice, réplica de un modelo de lujo que le intentó regalar un compañero italiano y que él no aceptó. Amigo personal de Zapatero, dicen que rechazó su oferta de entrar en el Gobierno. Rodeado de un núcleo duro en UGT, los críticos le reprochan no haber adaptado el sindicato a los nuevos tiempos y un cierto seguidismo hacia su colega de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo. Le gusta la música y es seguidor de la saga «Crepúsculo». Pero ni los vampiros solucionan el fracaso de una huelga y un modelo al margen de la nueva Europa.

 

El PERFIL/ IGNACIO FERNÁNDEZ TOXO / Secretario general de CC OO
Un tosco activista
Pilar Ferrer

Comenzó su vida laboral como aprendiz en la empresa Nacional Bazán, después fusionada con Astilleros Españoles. Militante de la Liga Comunista Revolucionaria, luego del PCE, Ignacio Fernández Toxo se inicia como activista sindical en la huelga general de El Ferrol, el 10 de marzo de 1972. Aquellos enfrentamientos se saldaron con dos trabajadores muertos y varios heridos, luctuosos sucesos que marcaron su vida. Condenado a cinco años de prisión, se fugó de la cárcel de La Coruña y vivió en la clandestinidad hasta la Ley de Amnistía de 1977.Un pasado revolucionario que le lleva a ser secretario de la Federación del Metal de Comisiones Obreras, conocer al histórico dirigente Marcelino Camacho, y suceder a José María Fidalgo en la cúpula del sindicato. Durante la reconversión industrial acometida por el Gobierno socialista de Felipe González, puso en marcha la llamada Marcha de Hierro, lo que no impidió acusaciones muy fuertes de algunos compañeros, que le tildaban de «burgués» y «traidor» por su estilo de vida. Apartado de la rutina laboral, Fernández Toxo vive en un lujoso ático madrileño, que él dice de protección oficial, y pasó unas envidiables vacaciones en un crucero por el Báltico, junto a su mujer, Juana.Es la suya una doble manera de ver la esencia obrera. De carácter fuerte, bastante tosco, abrupto y agitador, Toxo gusta de palabras altisonantes, marcando el paso a su compañero de UGT, Cándido Méndez, mucho más mesurado. Los críticos dentro de CCOO le acusan de despótico, pero él, lo gobierna con mano férrea, en recuerdo de aquella marcha ferrolana que le propulsó al activismo sindical. Su futuro, ahora, está en entredicho, ante una baja enorme de afiliaciones al tradicional sindicato comunista.