Barcelona

Trias: el sueño de ser alcalde la pesadilla de gobernar en minoría

La oposición le recuerda que necesita apoyos para evitar una parálisis municipal

Alberto Fernández durante su intervención.
Alberto Fernández durante su intervención.larazon

Barcelona- El horóscopo de ayer auguraba a los leo que su «experiencia y aguda inteligencia» les permitiría conseguir «cierto éxito en la vida». Para Xavier Trias el «éxito» se tradujo en asumir la alcaldía de Barcelona. A las 10.47 horas de ayer, 1 de julio de 2011, Xavier Trias i Vidal de Llobatera recogía la vara de mando de la ciudad, que desde la constitución de los ayuntamientos democráticos, hace 32 años, ha estado en manos de los socialistas, de Narcís Serra, Pasqual Maragall, Joan Clos y Jordi Hereu.

Las lágrimas de la nueva concejal de Ciutat Vella, Mercè Homs, en el momento en el que Trias era proclamado alcalde, simbolizaban el «esfuerzo» y la «ilusión» que ha supuesto para CiU llegar a gobernar en Barcelona.


Rock and roll
La emoción, también embargó a Trias en el momento de leer su discurso. Empezó con rock and roll. Leyó unos versos de una canción de Bruce Springsteen que un sobrino le envió antes de ganar las elecciones que dicen: «Estoy trabajando en un sueño que nuestro amor hará real. Algún día el sol despuntará. Subo la escalera. Empieza un nuevo día». Pero a la hora de declarar que ha hecho realidad este sueño y dedicarlo a los suyos –a su abuela Matilde, a su madre que le decía «no lo conseguirás», al president Jordi Pujol y también a Artur Mas–, se le empañaron los ojos.

Trias se recuperó a tiempo para hablar de política. Proclamó que con CiU empieza una nueva etapa en el Ayuntamiento que tiene como prioridad el bienestar de las personas y salir de la crisis económica. Pero, sobre todo, hizo hincapié en que «la Barcelona del futuro no se construirá desde una sola opción política». Trias, que gobernará en minoría, tiene asumido que debe contar con la oposición para gestionar la ciudad. Quizás por eso, las palabras «diálogo», y «responsabilidad», además de «cambio», fueron las que más repitió.

Trias propuso «un cambio de proyecto de ciudad», «un cambio en las formas» y un «cambio de actitud» que inició tendiendo la mano a la oposición y también a los ciudadanos indignados para consensuar un nuevo modelo de ciudad. El nuevo alcalde no se olvidó de su «joven» equipo. Para ellos recuperó unas palabras que Pasqual Maragall pronunció en su primer discurso de investidura: «Dejad la vida de despacho cerrado (...) para buscar el contacto con la gente que os ha elegido». Maragall, que no se perdió el acto, esbozó una media sonrisa.


Oposición «responsable»
Como tenía un discurso de ocho páginas, le dio tiempo de pedir a la oposición –PSC, PP, ICV y ERC– que actúe con responsabilidad. Jordi Hereu (PSC) se ofreció a Trias para salir de la crisis, pero le advirtió de que le retirará la mano si hay recortes sociales. Y Ricard Gomà (ICV) le aseguró que no ejercerá una oposición «destructiva», aunque le recordó que será «el alcalde más a la derecha y con menos apoyo de la historia democrática de Barcelona».

PP y ERC se disputaron el apoyo a CiU. Alberto Fernández avisó a Trias de que no encontrará al PP si apuesta por un discurso nacionalista. Recordó que «unos grupos formamos mayorías y otros son testimoniales», en referencia a ERC. CiU sólo suma mayoría con el PSC o el PP. En cambio, Jordi Portabella advirtió de que «cuanto más se acerquen a formaciones que recogían firmas contra el Estatut», más se alejará ellos. Portabella sorprendió en el pleno de constitución al dar su apoyo a CiU. Trias salió elegido con 17 votos, los de los 15 concejales de CiU y los dos de Jordi Portabella y Joan Laporta que hace doblete.