Barcelona
«Nos veremos en Madrid»
Un hasta pronto con fecha para el reencuentro: el 18 de agosto de 2011. Ese jueves unos dos millones de jóvenes se concentrarán en la plaza de Cibeles para dar la bienvenida a Benedicto XVI en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud que acogerá Madrid el próximo verano.
Y precisamente a los jóvenes –fueron ellos los encargados de despidirle en el hangar del aeropuerto del Prat juntos a las autoridades– les quiso dedicar sus últimas palabras antes de partir hacia Roma. «Os bendigo en el nombre del Señor. Con su ayuda, nos veremos en Madrid, el año próximo, para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud. Adiós» Apenas se escuchó su palabra de despedida por los gritos y aplausos de los presentes que no pararon hasta que se acomodó en su asiento en el Airbus de Iberia «Delta del Llobregat» que le llevó a Roma.
Pero antes de citar a los jóvenes, el Papa también quiso hacer presenta a todo el país. «Regreso a Roma habiendo estado sólo en dos lugares de vuestra hermosa geografía. Sin embargo, con la oración y el pensamiento, he deseado abrazar a todos los españoles, sin excepción alguna, y a tantos otros que viven entre vosotros, sin haber nacido aquí. Llevo a todos en mi corazón y por todos rezo, en particular por los que sufren, y los pongo bajo el amparo materno de María Santísima», señaló el sucesor de Pedro.
Su despedida en el aeropuerto también sirvió para hacer repaso a las intensas 32 horas que ha pasado en nuestro país. Así, retomó su mensaje europeísta en la homilía del Obradoiro para recordar que llegó como «un peregrino más» en el Camino para subrayar la necesidad de «preservar y fomentar ese rico patrimonio espiritual, no sólo manifiesta el amor de un País hacia su historia y su cultura, sino que es también una vía privilegiada para transmitir aquellos valores fundamentales tan necesarios para edificar un futuro de convivencia armónica y solidaria».
Sobre su estancia en Barcelona, insistió una vez más en la necesidad de defender la dignidad del hombre y destacó que «en efecto, la belleza, la santidad y el amor de Dios llevan al hombre a vivir en el mundo con esperanza».
Finalizado su último discurso en nuestro país, los allí presentes le cantaron «Adiós con el corazón», mientras que ha avanzado en dirección a la pista flanqueado por Don Juan Carlos y Doña Sofía, con los que ha charlado visiblemente soriente hasta llegar a la escalerilla del avión. Antes de entrar en la nave, se ha girado y ha dedicado un último saludo, un gesto que ha sido recibido con gran algarabía por los presentes.
Emoción desbordada
Ya dentro del Airbus, el Papa ha saludado una vez más a los jóvenes, que no querían despedirse de él. Durante los minutos que el avión ha estado calentando motores y se enfocaba hacia la pista de despegue, los grupos invitados no han parado de mover sus banderas vaticanas y corear las consignas que se han escuchado este fin de semana tanto en Barcelona como en Santiago: «Ésta es la juventud del papa», «Sí, sí, sí, el Papa ya está aquí» o «Se nota se siente, Benedicto está presente». Sin duda serán éstos los gritos que moverán a unos y otros en su próximo viaje a Madrid, donde se encontrará con creyentes de los cinco continentes, en el que será su tercer viaje a nuestro país bajo el lema: «Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe».
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