El «aquelarre» etarra

Rubalcaba niega un pacto PSOE-Batasuna para el mitin

El Gobierno negó ayer, por boca de su portavoz, que el PSOE pactara con Batasuna el acto y el manifiesto de Anoeta del 14 de noviembre de 2004. De esta manera, el vicepresidente primero desmintió la declaración realizada por la mañana por Arnaldo Otegi ante el juez, en la que confirmó que los socialistas no sólo conocían la convocatoria del acto, sino que el mismo fue fruto de conversaciones previas con el PSOE

Rubalcaba no ve cercano el final de ETA
Rubalcaba no ve cercano el final de ETAlarazon

En un almuerzo coloquio de clausura de unas jornadas organizadas por la Asociación de Periodistas Europeos, Alfredo Pérez Rubalcaba alertó de que «hay un derecho a la defensa, pero hay cosas que no se pueden decir ni siquiera bajo ese derecho». Con esta advertencia, el vicepresidente cambió ayer de posición respecto al acto de Anoeta en tan sólo siete días. Hace una semana, con un escueto «yo no estuve en Anoeta» ni confirmó ni desmintió el acuerdo entre socialistas y batasunos.

Rubalcaba reconoció ayer que «hicimos lo que teníamos que hacer y no salió bien. Con la misma firmeza que en su momento defendimos que había una vía para llegar al final de la violencia a través del diálogo, hemos mantenido una política antiterrorista que nos ha llevado hasta aquí».

Acto seguido, dijo no tener ningún temor sobre que el juicio se convierta en un proceso paralelo a las conversaciones entre los socialistas y Batasuna. Es más, reivindicó la contribución del malogrado proceso de paz para llegar a la «actual situación de debilidad de ETA». A su juicio, «la misma noche del atentado contra la T-4 nace la discusión interna» en la banda etarra. «Estamos aquí por que lo intentaron González, Aznar y nosotros», en alusión al diálogo con la organización terrorista. No obstante, reclamó prudencia en el final de ETA. Aunque «lo vemos más fácil ese final, no sabemos cómo ni cuándo será». Por eso «es momento de que estemos todos más juntos y apelmazados». Ahora, a su juicio, tocar callar y esperar a que ETA mueva ficha.