Literatura

Estreno

El caballero Almafiera conversa con Trajano en la Guinea española

Tres de los más granados escritores de novela protagonizan en Córdoba un ingenioso y culto debate sobre un género de éxito a caballo entre la realidad y la ficción

El caballero Almafiera conversa con Trajano en la Guinea española
El caballero Almafiera conversa con Trajano en la Guinea españolalarazon

Sus técnicas narrativas, las voces de los personajes, la exhaustiva labor de documentación, la relación con los lectores, los hallazgos en legajos, las versiones cinematográficas e incluso la agotadora promoción. La «Noche de la Novela Histórica» convocada en el salón de actos de Cajasur (Córdoba) sirvió para compartir con los amantes del género los secretos de tres de los autores más celebrados de la narrativa actual española: Juan Eslava Galán («Últimas pasiones del caballero Almafiera»), Santiago Posteguillo («Los asesinos del emperador») y Luz Gabás («Palmeras en la Nieve»).
Al comienzo del coloquio, moderado por el subdirector de LA RAZÓN, Paco Reyero, Eslava Galán usó la ironía para explicar su rutina de trabajo. El escritor andaluz, que en su última novela viaja a los albores del siglo XIII español para narrar la aventura amorosa y de honor del caballero don Gualberto de Marignane bajo el marco de la batalla de las Navas de Tolosa, explica: «Uno tiene la obligación de conocer al detalle los hechos históricos donde se ambienta la novela. Y para eso se estudia y se rellenan fichas de apoyo. Todo este trabajo acaba levantando un andamiaje que recubre el edificio, que es la novela. Pero ese andamiaje hay que quitarlo una vez se termine lo principal. Igual que los cascotes o los ladrillos partidos, estorba. Sin embargo cuesta trabajo deshacerse de él porque, aunque no aporte nada, uno siempre dice ‘me he llevado una semana trabajando en esto y ahora lo pongo, vamos que si lo pongo'». Eslava explicó que para evitar detalles superfluos o información histórica que agüe la narración, tiene un jurado de lectores íntimos que opinan sobre sus novelas antes de que vayan a imprenta. «Son lectores de distinto nivel cultural. Uno de ellos es Pérez Reverte, cuya maestría y criterio me ha ayudado mucho. Yo también leo sus obras antes de que lleguen a las librerías. Si estos lectores me dicen que un determinado pasaje o matiz no les gusta, lo quito. En esto soy tajante, aunque a mí me pareciera lo mejor de la novela».
Posteguillo, que con «Los asesinos del emperador» recrea la figura de Trajano, refrendó esta ansiedad de incorporar al texto la mayor parte del resultado de la documentación: «Yo siempre pienso, esto tengo que meterlo, lo tengo que meter. Y luego a lo mejor no casa. Mi primer editor me sugirió que quitara un capítulo porque no aportaba y le dije amablemente ‘que no', que por los 600 euros que me daba, a mí me gustaba y había que dejarlo». En la novela comentada, Posteguillo se emplea con rigor en la descripción del Imperio Romano e incluso entra en la afición a la bebida del primer emperador nacido en Hispania: «Es verdad que bebía bastante, pero tuvo la sensatez de prohibir que entraran en vigor las normas que él dictaba bajo los efectos de la bebida. Eso lo podrían hacer también los políticos actuales. Hay que abordar el personaje desde un punto de vista global. Marguerite Yourcenar dijo que para ‘Memorias de Adriano', sólo se había quedado con los rasgos del personaje que más le gustaban. Es una opción, pero creo que los personajes hay que montarlos al completo. Y en cierto sentido los españoles debemos aprender de la tradición inglesa y hacer brillar nuestro pasado. Fíjense en la serie ‘Los Tudor' y en su creación de Enrique VIII: un tirano bajo, feo, que decapitaba a sus mujeres, sale retratado como un rey apuesto».
Por su parte, Luz Gabás, que viaja a la época colonial de Guinea en un pasado que conoce por la peripecia vital de su padre y de su abuelo, indicó que el pasado colonial es una rica mina para material literario: «Hoy vivimos con una mentalidad totalmente distinta. Nuestra colonización, la de Guinea concretamente, aunque con sombras, respondía a otros momentos históricos. Es verdad que aunque estoy bastante curtida, algunos episodios que he descubierto para preparar la novela me han resultado muy duros, indigueribles, de esto que dices ‘no puedo seguir leyendo'. Pero desde comienzos de siglo aquel país también supuso un destino enriquecedor, vital, cargado de oportunidades y experiencias para la emigración de gente del valle de Benasque, de donde vengo. Mi abuelo, mi padre y mi tío trabajaron durante mucho tiempo allí y era enfrentar dos mundos diferentes, Aragón y Guinea, tanto que cuando en mi casa veíamos Mogambo, decíamos en esta película sale papá". La novela de Gabás ha sido adquirida por Antena 3 para hacer una versión cinematográfica y ella destaca su componente romántico, de aventura amorosa con la que también se tintan muchas novelas históricas.