Londres

Murdoch se queda sin escudo

El magnate de News Corporation, Rupert Murdoch, vino a Londres la semana pasada decidido a salvarla de la quema pero, por primera vez en su vida, su voluntad no se hizo ley. Y ahora, aún recomponiéndose tras aceptar su dimisión por las presiones, el empresario australiano podría ver a la niña de sus ojos en prisión.

Rebekah Brooks fue directora de «News of the World» cuando se produjeron las escuchas ilegales
Rebekah Brooks fue directora de «News of the World» cuando se produjeron las escuchas ilegaleslarazon

Rebekah Brooks, de 43 años, la que fuera consejera delegada de News International, fue detenida ayer en Londres por el caso de las escuchas ilegales y los sobornos del tabloide «News of the World» a Scotland Yard. Su arresto es ya el décimo que se lleva a cabo desde que el escándalo salió a la luz.
Cómo ha cambiado en diez días el periodismo británico. Era Rebekah Brooks la que se movía como pez en el agua en las altas esferas, la invitada a fiestas de políticos y príncipes y la que se hacía pasar, si era necesario, por mujer de la limpieza para robarle la exclusiva a la cabecera hermana del grupo.

Un error fatal
La ya bautizada como «ambición pelirroja» era «cuasi» perfecta, pero fue un solo error el que cavó hace tiempo su propia tumba. En la primera investigación realizada por los pinchazos del tabloide, la mano derecha de Murdoch afirmó personalmente alto y claro que sí se había entregado dinero a la Policía a cambio de información importante para las crónicas del dominical. Ahora aquel fallo le pasa factura.
Mientras que su ex compañero Andy Coulson, que como ella fue también director de «News of the World» antes de ser jefe de Prensa de Cameron, siempre ha negado ser consciente de aquellas técnicas ilegales, Brooks tiene ahora las manos manchas.
Un portavoz de la que fuera una de las mujeres más poderosas de Reino Unido aseguró ayer que cuando presentó el viernes su dimisión no sabía que iba a ser detenida. Es más, cuando fue voluntariamente a la comisaría por la tarde, para una cita previamente comunicada, tampoco era consciente de que podría ser arrestada. «Está ayudando a la Policía en sus investigaciones», dijo su portavoz. Al cierre de esta edición, seguía en custodia. Mañana martes, Brooks tenía que comparecer ante el comité de Cultura, Medios de Comunicación y Deportes en la Cámara de los Comunes, junto a su ya ex jefe, el magnate australiano, y el hijo de éste, James Murdoch. Sin embargo, tras su detención, la BBC dudaba si se podría personar ante el Parlamento. La detención de la «ambición pelirroja» –que estuvo al frente del dominical entre 2000 y 2003– impactó ayer en gran medida en Reino Unido. Primero porque es un gran varapalo para el imperio de Murdoch, y segundo porque nadie podía imaginar que una mujer con tantos contactos pudiera acabar así.
Brooks es amiga personal de Cameron y mantiene excelente relación con cualquier persona con poder en las islas. Pero nada parece ahora servirle como escudo ante la ley y el escrutinio público. Una vez el caso ha salido a la luz ya no hay nadie intocable. Hay quien se pregunta incluso si el escándalo podrá hundir la carrera política del primer ministro, David Cameron.
Aunque el caso estalló en 2006, la semana pasada se divulgó que entre los móviles interceptados estaba el de Milly Dowler, una niña asesinada en 2002, y las víctimas del 7-J, entre otras, lo que desencadenó una ola de indignación que ha provocado el cierre del «News of the World» tras 168 años y la renuncia de Murdoch a adquirir la totalidad del canal de televisión de pago BSkyB.

La reina amarilla
Rebekah Brooks, la reina de los tabloides británicos, tuvo una carrera meteórica. En 1989 entró a trabajar en «News of the World» como secretaria y en 2000, con 32 años, llegó a ser su directora, lo que la convirtió en la mujer más joven al frente de un periódico. La ambiciosa periodista llegó al mundo de los tabloides pisando fuerte y demostrando desde el principio la falta de escrúpulos para conseguir un buen titular. Se cuenta que no dudó en llenar de micrófonos una habitación de hotel que ocupaba James Hewitt para demostrar que tenía una relación con Diana de Gales. O cómo se disfrazó de señora de la limpieza para robar la exclusiva sobre una biografía del príncipe Carlos. Después pasó a dirigir «The Sun», el diario más leído de Reino Unido, donde permaneció hasta 2009, cuando fue nombrada consejera delegada de News International. Así se puso al frente de la división británica del imperio Murdoch. Brooks se ha movido siempre cerca del poder. A su última boda asistieron tanto Gordon Brown como a Cameron.Su éxito se debe a una mezcla perfecta de frialdad implacable para los negocios, encanto irresistible y ambición sin límites.