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Mas culpa a las deudas del Estado con Cataluña del aumento del déficit
BARCELONA– El misterio del déficit catalán de 2011, el 0,43 por ciento de diferencia entre los cálculos del Gobierno y de la Generalitat, es como una partida de «Cluedo» en la que el culpable siempre es la misma carta: los 759 millones de euros que el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero debería haber transferido a Cataluña el año pasado en concepto de la disposición adicional tercera del Estatut.
Un día después de que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, asegurara que el déficit de Cataluña en 2011 fue del 3,72 por ciento y no del 3,29 por ciento del PIB, tal y como había anunciado tres semanas antes el conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, el portavoz Francesc Homs salió en defensa de la Generalitat con el argumento de siempre: el Gobierno debe dinero a Cataluña –759 millones a cuenta del Estatut y 1.450 millones del fondo de competitividad–. Homs interpretó el papel de buen alumno, el que «ha hecho los deberes», para justificar el desvío. «Esto es como cuando en el colegio te tocaba hacer un trabajo de grupo y un compañero lo hace mal, la nota final es un suspenso», puso como ejemplo para justificar que el gobierno de Artur Mas se ha esforzado para poder cumplir con los deberes que impone la Unión Europea, finalizar el año con un déficit del 1,3 por ciento.
Aunque lo suyo son las leyes, demostró que las matemáticas no se le dan mal. Explicó que si se suman los 759 millones y los 1.450 millones que el Gobierno no ha pagado a Cataluña se obtiene un 1,1 por ciento del PIB. Si al 3,72 de déficit que el Gobierno imputa a Cataluña se le resta el 1,1 por ciento, el déficit sería del 2,6 por ciento, la cifra que la Generalitat había previsto alcanzar en 2011, pero que no cumplió.
Más ajustes
Aunque el Govern se esfuerce en justificar el baile de cifras, los inversores tendrán en cuenta el 3,72 por ciento de Montoro. Pero lo más preocupante es que la Generalitat tendrá que hacer un esfuerzo para cerrar este año con un 1,3 por ciento de déficit. Pese a que el Govern se ha dotado de unos presupuestos austeros para cumplir el objetivo, no descarta más ajustes si los presupuestos del Estado para 2012 no incluyen las deudas o las previsiones de ingresos son inferiores a los esperado.
Homs explicó que ha habido conversaciones con el Gobierno para cobrar las deudas, pero como es preferible no vender la piel del oso antes de cazarla, habrá que esperar a finales de marzo, cuando Luis de Guindos presente las cuentas de 2012, para ver si las conversaciones «dan sus frutos».
Para curarse en salud, el artículo 34 de los presupuestos de la Generalitat permite más recortes. Además, el Govern aprobó ayer la reducción del sueldo a los empleados públicos, reactivó el plan para vender 19 edificios, y negocia con la oposición el pacto fiscal.
El PP alega «discrepancia contable»
La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, que ayer viajó a Bruselas en representación de la Comisión de Ocupación del Senado, mostró su preocupación por el desvío en las cifras del déficit que anteayer presentó el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Sánchez-Camacho justificó la diferencia entre los cálculos de uno y otro gobierno por «una discrepancia contable». «La Generalitat contabilizó unos ingresos que Zapatero no envió», alegó. No censuró más recortes si éstos van dirigidos a los 500 millones de ayudas a sociedades privadas.
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