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Sí que hay caso por Carmen Gurruchaga
El ex ministro de Fomento aseguró en su día con total rotundidad: «No hay caso» en la «operación Campeón» que le afectaba directamente. Sin embargo, el Supremo ha considerado oportuno abrirle una causa penal por un presunto delito de cohecho y otro de tráfico de influencias, un mes después de que se lo pidiera la Fiscalía. Por ello, para ser coherente con su propio discurso de estos últimos años en relación a políticos del PP en situaciones similares, José Blanco debería abandonar la política y su cargo en el PSOE. Porque desgraciadamente para él, de momento «sí hay caso», lo que no significa que finalmente vaya a ser condenado.
Tampoco tenía razón el candidato a la secretaría general del PSOE cuando aseveraba en plena campaña electoral que «las calumnias contra Blanco desaparecerán el 21-N», queriendo hacer creer que se trataba de una treta para perjudicar a su partido electoralmente, en la que, implícitamente, implicaba a la juez de Instrucción de Lugo, Estela San José. El todavía secretario de Organización del PSOE tiene la posibilidad de demostrar que, según dice, todo lo publicado forma parte de un engranaje calumnioso urdido contra él por unos golfos.
Si tan convencido está de su inocencia, preferirá acortar los plazos procesales y acudir voluntariamente a declarar, en lugar de esperar a que éste le llame. Blanco llegó a admitir la cutre reunión en la gasolinera con el empresario «innoble» y «delincuente», pero niega haber recibido dinero de él. Si el tal Dorribo era ya entonces un sinvergüenza, ¿por qué no rechazó el encuentro? O ¿por qué no le recibió en su despacho?
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