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Clamor de cambio

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SEVILLA- Sólo me faltas tú. Rajoy utilizó un mensaje firme de quien se siente respaldado por la amplia mayoría absoluta recién conquistada. Delante de un foro entregado, el presidente del Gobierno se dirigió a Arenas para ordernarle que salga «de la lista de espera». Es el único que falta: si el PP gana en Andalucía el próximo 25 de marzo se cerrará «el círculo de la confianza», aseguran los populares.

Arenas lleva tiempo en esa «lista» de la que habló ayer en Málaga Rajoy durante su intervención en la convención del PP andaluz. Será la cuarta vez que encabece la lista a los comicios andaluces y la primera como favorito. Perdió contra Chaves en 1994 y 1996 y, tras su regreso a la política regional después de su paso por el Gobierno de José María Aznar, lo hizo en 2008. Siempre, eso sí, mejorando sus resultados. Ahora se enfrentará a José Antonio Griñán con el único objetivo de alcanzar los 55 diputados que otorgan la mayoría absoluta en la Cámara andaluza. Los indicios apuntan que lo logrará. Y lo hará presentándose por la provincia de Almería –algo ya tradicional– como confirmaron ayer a LA RAZÓN fuentes del partido.

El PP nunca ha gobernado en Andalucía. Desde 1982, el PSOE siempre se ha impuesto. Treinta años de gestión socialista piden un cambio. Es uno de los argumentos de los populares, pero que también encuentra respaldo entre la ciudadanía. Una de las encuestas de referencia que se hacen en la región –la del IESA, un organismo que depende del CSIC– cifró en su último trabajo en el 71% el porcentaje de la población que lo anhela.

El ambiente que se respira en el PP andaluz es de euforia contenida. «Mucha humildad», reclama Arenas en cada intervención. Sabe que es su última oportunidad. En 2011, el PP-A ganó por primera vez las elecciones municipales y las generales. La aportación andaluza fue clave para la victoria de Rajoy. El presidente del Gobierno así lo reconoció en el Palacio de Ferias y Congresos malagueño donde agradeció el «magnífico resultado» obtenido en noviembre.
La conexión Rajoy-Arenas ha sido importante en estos últimos años. Desde el célebre Congreso de Valencia, la relación entre ambos dirigentes ha sido de mutua colaboración. Antes de ser presidente del Gobierno, las visitas de Rajoy a la región eran frecuentes. Ayer lo volvió a dejar claro: «Me gusta venir a Andalucía y estaré aquí siempre que el PP andaluz me necesite», sentenció. No era un simple guiño. Para el proyecto político del PP, Andalucía es clave. Repiten que la comunidad «no se puede quedar atrás». Es una convicción. «No caben ahora gobernantes que se resignen», apuntó Rajoy. Resignación, ¿contra qué? La tasa de paro de Andalucía roza el 31 por ciento. El número de desempleados supera los 1,2 millones. La crisis se ha cebado con una comunidad que es la tercera región de Europa con más desempleo, sólo superada por Canarias y la isla de Reunión.

Alcanzar la Junta también tiene una lectura política para el PP: no quiere que el PSOE conserve el poder en la región más poblada desde la que hacer oposición al Ejecutivo de la Nación. Las reformas que necesita España son «inaplazables» y el consenso está en juego el 25 de marzo.