LA SOCIAL-DEMAGOGIA

Malo es que te recorten el sueldo, pero peor que, para justificar ese recorte, te denigren y te digan que no te mereces lo que ganas ni tu seguridad laboral en un panorama económico tan inseguro. Es lo que pasa ahora con los funcionarios en España. Es lo que pasa cuando se hace una «política del rencor» contra un partido, una ideología o un grupo social; cuando se confunde la socialdemocracia con la socialdemagogia y se juega a Robin Hood. Robin Hood no es ningún ejemplo para la democracia ni para la economía porque su planteamiento –arreglar la injusticia con otra injusticia- perpetúa el mal a erradicar. España es un Estado social, pero también democrático y de derecho, esto es, que no valen los discursos revanchistas para solucionar los problemas sociales y económicos. No vale «el modelo Robin Hood», entre otras cosas, porque los verdaderamente ricos –el ex presidente socialista Felipe González incluido- tienen recursos para escaparse del ladrón justiciero de turno. Al final, éste tiene que acabar haciendo lo contrario de lo que prometía: robando el dinero a los pobres –a los pensionistas y a los funcionarios (muchos de ellos mileuristas)- para no tocar las auténticas fortunas y dárselo a los estómagos agradecidos, a los subvencionados de la Zeja, a los asesores a dedo, a los poderes autonómicos, a los liberados sindicales, a los ministerios-basura, a los altos cargos…