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Dosis de realidad

La Razón
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Oscar Wilde decía que la realidad siempre supera a la ficción y no hay más que echar un vistazo a los periódicos para comprobarlo. Entre las noticias más terribles que conforman el museo de horrores de la vida, siempre están las de malos tratos, agresiones sexuales y vejaciones dentro de la propia familia. Allí donde uno piensa que siempre estará seguro, que nada malo podrá sucederle, resulta que puede encontrarse agazapado el máximo de los terrores.

Como ejemplo, el caso inexplicable de ese hombre que hace apenas unos meses violó a sus nietos, dos niños y una niña de 10, 11 y 14 años. Lo mejor de todo es que los chicos se han decidido a contarlo y que este hombre será procesado como corresponde. Lo peor, descubrir, después de años y años, que el mismo abuelo que antes fue padre, también abusó de sus hijas, la madre de los niños agredidos y una hermana.

Ellas jamás llegaron a denunciarlo; pero cuesta pensar en el grado de sometimiento al que tal circunstancia las condujo como para que una fuera capaz de dejar a sus hijos con su progenitor y violador y la otra no advirtiera a sus sobrinos del peligro que corrían.

El mundo no dejará de girar porque este individuo, hasta ahora inofensivo y completamente normal a los ojos de la sociedad, ya se encuentre en prisión. Pero todos estaremos más tranquilos. Sin embargo, conocido el caso, y no siendo el primero, la tranquilidad no puede ser total: ¿Cuántas situaciones similares esconde esa apabullante realidad que ningún escritor sería capaz de inventar?