España «suspende» en innovación en el sector turístico

Por tanto, España "debe despertar y apostar más que nunca por la innovación, la calidad y el futuro si quiere seguir siendo competitiva en un sector clave para salir de la crisis", anima el catedrático de ESADE Josep-Francesc Valls, responsable, junto a Jordi Ferrer, socio-director de Europraxis T&L, del informe "Innovación turística en España".

En el gasto en I+D llevado a cabo en el sector servicios, la hostelería y la restauración aparecen como las áreas en las que menos se ha venido invirtiendo en los últimos años.

En este sentido, el sector turístico invirtió en 2008 alrededor de 25 millones de euros, mientras que el inmobiliario superó los 1.700 millones, siendo este el que más invierte de todos, seguido de la informática y otras actividades empresariales.

En opinión del profesor de ESADE, España "se ha dormido en los laureles de su éxito en el sector turístico"y señala que el modelo de sol y playa es un valor y a la vez una carga, ya que durante muchos años ha funcionado, pero a día de hoy empieza a quedarse obsoleto.

A ello ha contribuido la mentalidad conservadora de los empresarios y el miedo al riesgo que actúan como frenos a la innovación en turismo, añade.

Entre los motivos por los que las empresas del sector del turismo deciden no invertir más en innovación destacan una actitud poco atrevida, escasa creatividad a la hora de plasmar las ideas en acciones, rigidez y prejuicios a la hora de actuar y una tendencia a dirigir la responsabilidad a las administraciones.

Más del 70 % de los empresarios se defiende afirmando que no ha recibido nunca ayudas en forma de subvenciones para invertir en innovación y lo cierto es que, comparado con otros estados de la Unión Europea, España es uno de los países con menos ayudas a las empresas en temas de innovación.

Entre las razones por las cuales en España no se ha llevado a cabo una mayor inversión en el sector turístico destacan, entre otros, las pocas ayudas públicas, las barreras burocráticas, la falta de esquemas de financiación, capital riesgo y capital inicial, y la escasa dedicación a la formación de los trabajadores.

En cuanto a las patentes registradas en la industria turística española, más del 75 % pertenecen al alojamiento y a la restauración (el 53 % y el 32 % respectivamente), aunque estos no son los sectores en los que más inversión se ha realizado en los últimos años.

Cerca del 40 % de las inversiones del turismo corresponde a la restauración, mientras que un 35 % pertenece a la hostelería.

La distribución online aparece como la más innovadora de todas, con más del 50 % de las innovaciones del sector turístico frente a los segmentos de alquiler de coches y agencias de viajes que son las áreas con menos inversión (el 25 %).

Para invertir la situación, es necesario que todos los actores implicados en este sector sean valientes y no tengan miedo a romper con viejos esquemas; diversifiquen y no apuesten sólo por el modelo cada día más obsoleto de sol y playa, y creen nuevas ofertas que atraigan nuevo turismo de calidad.

Obviamente que inviertan en I+D para acercarse al menos a los niveles de otros sectores de la economía española y de otros países europeos; apuesten por la formación de sus trabajadores; reduzcan las barreras burocráticas y se incrementen las ayudas públicas.