África

El Cairo

Los jóvenes rechazan las propuestas del régimen egipcio

Los movimientos juveniles, que desde un primer momento impulsaron y han estado detrás de las protestas egipcias, no piensan permitir que ni el régimen ni los partidos opositores tradicionales les roben los logros que han conseguido hasta el momento, saliendo a la calle de forma masiva, enfrentándose a las Fuerzas de Seguridad y hasta al Ejército, y ocupando el corazón de El Cairo.

El campamento de protesta de la plaza Tahrir ayer en plena ebullición
El campamento de protesta de la plaza Tahrir ayer en plena ebulliciónlarazon

Los jóvenes anti Mubarak han rechazado las primeras negociaciones que ha mantenido el Gobierno egipcio con algunas fuerzas opositoras –a las que les ofreció una transición gradual y suave en el marco del actual sistema y con el presidente Mubarak todavía en el poder– y buscan ahora tener voz propia para defender su postura: la salida de Mubarak del poder es una condición sine qua non para iniciar cualquier diálogo y una futura transición.

Y para desalojar la plaza de Tahrir, en el centro de El Cairo, en la que llevan acampados más de una semana. Los jóvenes presionan así en la calle y ahora quieren hacerlo también a través de los canales que se han abierto para negociar con el régimen. Ayer al mediodía, varios de ellos, que no se identifican como líderes ni como representantes de un grupo concreto, sino como revolucionarios anónimos, se reunieron con miembros del denominado «Comité de Sabios», formado por personalidades políticas y sociales para estudiar una salida pactada a la actual crisis y abrir el camino a una transición democrática. El encuentro informal tuvo lugar precisamente en la calle Revolución, en un barrio de clase media-alta de El Cairo, donde algunos «sabios» invitaron a los manifestantes a participar en el diálogo que se ha abierto con el régimen y en el que es necesario que estén todas las fuerzas opositoras para que éste tenga éxito.

Para ello, habrá representantes de las distintas sensibilidades de la plaza en el seno del comité, el cual estaría dispuesto a aceptar que Mubarak se quede, si deja sus poderes en manos de su vicepresidente, Omar Suleiman, que lideraría la transición en los próximos seis meses hasta la celebración de elecciones.

Esto es impensable para los manifestantes corrientes y los movimientos juveniles, como el grupo «Seis de abril», que aseguró a LA RAZÓN que rechaza la propuesta de Suleiman, así como su permanencia en el poder, y exige la formación de un gabinete de transición y de unidad nacional. Los jóvenes piden además el desmantelamiento total del régimen de Hosni Mubarak, incluido su partido y su nuevo Gobierno, remodelado al principio de las revueltas para tratar de aplacar la ira popular. Algunos de ellos demostraron que están dispuestos a adoptar medidas desesperadas antes que rendirse; y llegaron a pasar la noche debajo de las tanquetas del Ejército para frenar cualquier intento de desalojar la plaza. Mohamed Shawky, un activista de 29 años, dijo a este periódico que él y sus amigos temen marcharse sin que se produzca un compromiso más concreto por parte del régimen. «Si nos vamos ahora nadie nos asegura que no nos vayan a perseguir después», aseguró. Éste no deja de hacer concesiones y promesas, que el núcleo duro de la revolución no se cree ni acepta. Ayer, anunció que subirá el sueldo y las pensiones de los funcionarios un 15%, en un intento desesperado de ganarse el apoyo de esos millones de egipcios que dependen del Estado. El día anterior, Suleiman prometió a la oposición investigar la corrupción, que alcanza todos y cada uno de los rincones del sistema egipcio y que es prácticamente un estilo de vida en el país, donde «pagar propinas» es una práctica cotidiana.

Para mostrarse todavía más cercano a las demandas de la calle y, sobre todo, a los manifestantes, el Ministerio del Interior liberó anoche a un destacado blogger Wael Ghonim, detenido en el marco de la represión contra los protagonistas de las revueltas. Nada más volver a la calle y a la red, Ghonim escribió un mensaje a través de Twitter –que ha jugado un papel destacado en estas revueltas y por ello fue censurado por el régimen durante días– en el que lanzaba una consigna muy clara a los demás activistas prodemocracia y a los jóvenes egipcios: «la libertad es una bendición por la que merece la pena luchar».


Quien es quien en el campamento de la protesta
- «Kifaya» agrupa a liberales, reformistas e intelectuales. Nació en 2005 para exigir cambios democráticos con vistas a las presidenciales de septiembre. Uno de sus dirigentes es el cristiano copto George Ishak.

- El «6 de Abril» se formó en 2008 durante las protestas obreras en la zona Mahala Kobra, a 130 kilómetros de El Cairo.

- «Asamblea Nacional Por el Cambio», movimiento juvenil que encabeza el premio Nobel de la Paz, Mohamed El Baradein.

- «Todos somos Khaled Said», en memoria de un activista torturado hasta la muerte en una comisaría en Alejandría.

- Juventudes de los «Hermanos Musulmanes», grupo islamista ilegalizado, pero con una fuerte influencia social.