Barcelona

Interlaken en el techo de Europa

Desde Interlaken los trenes «vuelan» hasta los 3.454 metros de la estación más elevada de Europa. En 2012 se cumple el centenario de esta magna obra que penetra por las entrañas de los picos Eiger y Mönch. 

Interlaken, en el techo de Europa
Interlaken, en el techo de Europalarazon

Interlaken se esconde entre los lagos de Brienzsee y Thunersee, un estratégico punto en el corazón de Suiza rodeado de naturaleza que deja perplejo a quien lo visita. La primera condición para descubrir este romántico rincón de paisajes inéditos es cerciorarnos de la meteorología antes de subir en el tren a las míticas montañas, pues no resulta tan impresionante si está nublado.

Una vez arriba, el paseo es mucho más interesante si lo realizamos en los barcos de vapor de estilo antiguo, ya que la visión desde el lago es diferente y además, viajamos más relajados. Así, casi sin querer, el viajero se topa con uno de los puntos más fotografiados de Suiza: el castillo lacustre de Oberhofen. También hacemos una parada para visitar Thun, una deliciosa ciudad que se encuentra asentada a la orilla del río Aare. Merece la pena pasear por sus calles, bajo la estela del magnífico castillo Schloss Thun. La calle principal Obere Hauptgasse acoge unas originales casas con unos grandes aleros para resguardarse de las nieves y lluvias y, curiosamente, las aceras se encuentran sobre los soportales de los comercios que dan a la calle.

Interlaken está rodeada por una majestuosa cadena de montañas y unos verdes valles que ofrecen un espectáculo difícil de olvidar. Pasear por la calle de Höheweg, principal arteria de la ciudad, donde se encuentra el casino (Kursaal), o cruzar los puentes del río, por los que transitan las carrozas con caballos, traen a la mente del viajero las palabras del gran compositor alemán del siglo XIX Felix Mendelssohn: «Quien no haya visto el paraje de Interlaken no conoce Suiza; no hay palabras suficientes para describirlo».

Tres picos míticos

En Interlaken nació el alpinismo, y es además el punto de partida de los trenes que suben al Jungfraujoch, «el techo de Europa». Tomamos por fin uno de los primeros trenes que salen por la mañana de la estación de Interlaken Ost, y a medida que el convoy va «cerrando la cremallera» sobre el verde paisaje, se echan encima los tres picos míticos e impresionantes de la zona, que son el Jungfrau (Doncella) con 4.158 metros, el Mönch (Monje) con 4.107 y el Eiger (Ogro).

Con ellos a un palmo sobran las explicaciones para entender por qué la Unesco declaró estos picos Patrimonio de la Humanidad junto al glaciar Aletsch, pues son una de las maravillas del mundo natural. La locomotora sigue su curso y después de pasar por el pueblo alpino de Grindelwald se dirige a la estación de Kleine Scheidegg. Aquí cambiamos de tren para llegar hasta el bien llamado «techo de Europa»: Jungfraujoch (literalmente, collado de la Virgen o doncella).

El ferrocarril se mete en un túnel que va perforando las entrañas de esas míticas montañas, para ya no salir hasta el Jungfraujoch. Antes de llegar a la estación final, realiza dos paradas, (Eigerwand (2.865 m); y Eismer a 3.160 metros. Éstas se hicieron precisamente para poder disfrutar de unas vistas increíbles a través de unos gigantescos ventanales. Fueron necesarios 16 años para terminar esta magna obra de la que todos los suizos se sienten orgullosos.

Por fín se llega a la parada final en Jungfraujoch y nada más salir de la estación nos damos de bruces con el Palacio del Hielo, con sus esculturas y túneles excavados directamente en el glaciar. Al salir al exterior, justo en el collado que une los picos Jungfrau y el Mönch, emerge un escenario de ensueño, un «Shangri-Lah» real, la apoteosis visual que todo el mundo debería ver alguna vez en su vida. El Mönch parece querer saludarnos y darnos la bienvenida para fotografiarle en toda su plenitud. Háganlo sin perder un minuto, lo mismo que al glaciar del Aletsch, el más grande de Europa.

Pero no hay que marcharse de aquí sin subir a la terraza y al mirador del Sphinx, a 3.571 metros. Aquí los pies sí están, definitivamente, en el techo de Europa. Como los ojos atónitos de un niño, nuestra retina titubea con esta visión mágica que queda grabada en la memoria, además de en la tarjeta de la cámara de fotos.

Antes de regresar a Interlaken, merece la pena visitar otro de los puntos fuertes de la zona: las cascadas de Trümmelbachfälle, consideradas como el mayor grupo de cascadas subterráneas de Europa y declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad.


>> Cómo llegar.
Iberia ofrece tres vuelos directos al día entre Madrid y Zúrich y cómodas conexiones vía la T4 de Madrid-Barajas. Además, en código compartido con Vueling ofrece vuelos desde los aeropuertos de Barcelona, París y Santiago de Compostela.

>> Más cómodo
. En esta ruta está disponible la Business Europa, con más espacio a bordo, menús basados en la dieta mediterránea y vinos españoles.

>> Desde el móvil.
Puede descargarse la tarjeta de embarque desde el día anterior hasta dos horas antes de la salida del vuelo.

>> Más información.
En iberia.com, Serviberia (902 400 500), oficinas de Iberia y en agencias de viajes.

>> Datos prácticos.
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