Arrebato nupcial por Jorge Berlanga

C uando pensábamos que la boda más esperada era la de Casillas y Sara tras el tarantantrán del Mundial, van Bardem y la Cruz y se casan en un arrebato nupcial que de tanto esperarlo el público ha resultado algo más que inesperado. No lo habría vaticinado ni el pulpo Paul, aunque quizá haya servido de testigo el capitán con testa de cefalópodo de «Piratas del Caribe» cuya cuarta secuela andan rodando nuestros tórtolos astros de la pantalla internacional. Ya la declaración de rendido enamorado que le hizo Javier a su chica en el último Cannes era como para publicar amonestaciones, pero no sé por qué, no le veíamos como para meterse en papeleos, anillos y trámites de separación de bienes. Craso error. Nunca se ha de pensar que hay un papel que un gran actor no puede hacer.Diamantes en brutoSe sabe que Bardem quedó prendado de la capa zahína, el terrenal embrujo y casta brava de Penélope desde el rodaje de «Jamón Jamón» de Bigas Luna. En dura competencia con Jordi Mollà y bajo la sombra de rapaz vigilante de Nacho Cano. Eran diamantes en bruto aún por pulir que empezaban en el cine en los que ya se podía percibir el formidable talento singular que emanaba de sus miradas. La niña silvestre con cara de ángel acabó saliendo al mundo encadenando romances con galanes de Hollywood al igual que películas y éxitos hasta regresar a la pasión del producto ibérico con denominación de origen. Por el camino se fue sofisticando y empapando de estilo hasta alcanzar el perfil de los seres divinos. Por su parte Bardem desarrolló su potencia natural para convertirse en actor de imponente transmisión en la pantalla y reconocimiento universal cargado de futuro y galardones sin renunciar a sus principios. ¿Quién da más? El reencuentro, con Woody Allen de maestro de ceremonias, fue un choque atómico entre dos bolas de fuego con el efecto de una supernova que acaba en boda. Esperemos que no de efectos tormentosos como tantos matrimonios entre actores. Que tampoco van a ser los Richard Burton y Liz Taylor españoles.