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Ford encuentra nuevas formas para su Focus

En abril llegará la tercera generación del Focus, que marca una nueva referencia tanto en estilo como en motores y equipamiento, creando un nuevo concepto tecnológico en éste, su modelo más emblemático.

 
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La propuesta es ambiciosa para su segmento, tanto por equipamiento como por su propio diseño, que se aleja del clásico turismo para acercarse con mucho acierto a las modernas líneas exteriores de su hermano, el C-Max, con quien comparte no sólo la plataforma estructural, sino otros elementos dinámicos y también muchos avances tecnológicos que lo convierten en un referente en su segmento.

 Su diseño exterior, en el que se han reforzado sus líneas, ofrece una imagen más robusta a la vez que agresiva. La parte frontal es distinta al diseño anterior gracias a una nueva calandra más prominente. Los pasos de rueda son más pronunciados y por la parte trasera hay que destacar las nuevas ópticas, que ahora ocupan parte de los laterales de la carrocería. Con respecto a la carrocería, Ford ya ha anunciado que no habrá una versión de tres puertas, ni tan solo en la versión más deportiva del Focus, que podría incorporarse a la gama no tardando mucho.

No sorprende esta decisión, ya que, aún manteniendo las mismas dimensiones que el anterior, este nuevo Focus ofrece desde el primer golpe de vista un carácter especial y una fuerte personalidad. Un aspecto de berlina con mayor representación. Un turismo que entra en el campo de berlinas de superior categoría.

El interior es una copia exacta del C-Max, del que recibe el salpicadero y la consola central. Todos los elementos que rodean al conductor en el habitáculo están muy bien acabados. Cuidados tanto a nivel de materiales como en sus más mínimos detalles de ajuste. Algo que no sorprende en esta marca, que desde su establecimiento en España, hace ya 35 años, ha cuidado muy especialmente este apartado. En cuanto a espacio disponible, se nota que es superior tanto en las plazas delanteras como en las traseras, en las que pueden alojarse tres pasajeros con cierta comodidad en viajes de recorrido medio. Si a este espacio interior le unimos un generoso maletero en el que se prescinde de rueda de recambio, el Focus establece unos nuevos niveles desconocidos en su segmento.

Por lo que se refiere al apartado de los motores, inicialmente el cliente del Focus podrá elegir entre cuatro de gasolina y tres diésel. En los gasolina hay dos versiones 1.6 con 105 y 125 caballos a los que acompaña un cambio manual de cinco velocidades, mientras que los otros dos motores versión gasolina también de 1.6 litros, son los dos nuevos «EcoBoost» de inyección directa y equipados con turbocompresor que rinden 150 y 180 caballos y que montan asimismo un cambio manual de seis velocidades. La gama diésel se divide en dos 1.6 litros TDCi de 95 y 115 cv., en ambos casos dotados del sistema «stop&start» de ahorro de combustible, que para el motor en semáforos y embotellamientos. La versión más potente es un 2 litros de 163cv. y es el único que se entrega con un cambio automático de seis velocidades.

 Conducir el nuevo Focus es una tarea fácil por su docilidad, pues tiene un nivel de estabilidad y agarre fuera de toda duda. Sea cual sea el motor que monta, el Focus permite un nivel alto de conducción ya que a sus prestaciones hay que añadir también un comportamiento en carretera muy fiable, gracias a la respuesta de su chasis y a una estructura reforzada de su carrocería.

A sus prestaciones dinámicas hay que añadir un largo listado de elementos de seguridad: un paquete tecnológico que incluye sistemas como el «city safe», que minimiza posibles colisiones por debajo de los 30 por hora, o una alerta de fatiga del conductor, el control de luces, el detector de otros coches en el ángulo muerto, entre otros muchos.