Cataluña

Mas justifica los «sacrificios» para «no hipotecar el futuro de nuestros hijos»

Mas advierte a Zapatero que no busca la «confrontación», pero no tendrá miedo a plantarse «si hace falta».

El president Mas durante su conferencia ante más de 300 invitados
El president Mas durante su conferencia ante más de 300 invitadoslarazon

BARCELONA- En tono grave y con trazos paternalistas, el president de la Generalitat, Artur Mas, se invistió de toda la institucionalidad de su cargo para lanzar un mensaje a la ciudadanía: economía y confianza. O lo que es lo mismo, «Cataluña se enfrenta a una situación económica sin precedentes», mezclado con «a mi mesa llegan informes que certifican que las capacidades del país superan las dificultades».
Desde el salón de Sant Jordi del Palau, ante el Govern y más de 300 invitados entre políticos y sociedad civil, Mas hizo balance de sus primeros cien días de gobierno y se esforzó en destacar que los recortes no responden «a un capricho y no los haríamos en condiciones normales». Por lo que, tras recordar que la Generalitat tiene que recortar 2.600 millones este año «más –dijo– que cualquier comunidad y que el propio Gobierno», planteó al auditorio varias preguntas retóricas como «¿queremos seguir con la inercia de vivir por encima de nuestras posibilidades, aunque sea a costa de hipotecar el futuro de nuestros hijos? ¿Estamos dispuestos a que nos cuelguen la etiqueta de la generación más egoísta de la historia?». Por ello, el president llamó a dejar de lado «legítimos intereses particulares y corporativos» de aquellos afectados por los recortes del Govern en favor del «bien común».
No en vano, la alternativa, abusar de la deuda, conduciría a Cataluña a lo que Mas llamó «la espiral diabólica» que, como ha sucedido en Grecia, cuanta más deudas se acumulan, más intereses a pagar. Lo que se traduce en más impuestos para los ciudadanos, que, a su vez, se convierte en menos bienestar y menos inversión. Sino «nuestros impuestos servirán para pagar los intereses del sistema financiero. Y ya estamos en esa inercia», aseveró.
En otro orden de cosas, el president también dijo que entre sus prioridades está el «marcar territorio» con el Gobierno, al negarse por ejemplo a subir impuestos, ampliar los recortes o pagar la rebaja tarifaria del metro. «No buscamos la confrontación, pero no tenemos miedo» dijo, y lo ejemplificó con la exigencia al Gobierno de que pague el fondo de competitividad.