Aeronáutica
Un monoplaza espacial deja en ridículo a la NASA
El prototipo, que forma parte de un proyecto para enviar monoplazas tripulados al espacio en un plazo de entre 4 y 10 años. Los promotores tienen la esperanza de llevar a un ser humano en un vuelo suborbital al espacio.
«Nuestra misión es muy simple. Estamos trabajando para enviar a un ser humano al espacio», han dicho los promotores. No se trata de la NASA, ni cuentan con presupuestos multimillonarios, sino que la iniciativa proviene de una organización sin ánimo de lucro conformada por donantes privados y especialistas en la materia que han trabajado a tiempo parcial para conseguirlo.
Llevan desarrollando todos los pormenores del proyecto desde mayo de 2008 para poner en marcha la aeronave en el espacio y mostrarle al mundo que los vuelos espaciales tripulados son posibles sin grandes presupuestos por parte de los gobiernos y la administración.
Este «cohete casero» no es una idea sobre el papel. Copenhagen Suborbitals ha sido la encargada del lanzamiento del cohete el pasado lunes. Una invención que ha costado 50.000 euros y que ha sido bautizada con el nombre de «Heat-1X Tycho Brahe». Sorprendentemente, la experiencia ha salido casi perfecta. Sólo el despliegue del paracaídas en el aterrizaje ha generado imprevistos.
Ascensor espacial
La idea de esta nueva aventura espacial se basa en un tubo donde se introduce al pasajero, que cuenta con una ventana en la parte superior. Cuenta con un paracaídas personal y un escudo de calor realizado con corcho, pero que aseguran que cumple su misión a la perfección. Tiene una altura de cerca 9,5 metros y un peso de 2.000 kilos.
En este primer vuelo experimental se contó con la presencia de un maniquí, que sólo sufrió las consecuencias del fallo del paracaídas. El cohete alcanzó una altitud de tan solo dos kilómetros, muy por debajo de los 16 previstos. El apagado del motor se efectuó por control remoto después de que la aeronave comenzara a virar hacia un lado.
«Nos da igual cuánto tiempo y cuánta distancia ha volado, lo que importa es que hemos demostrado que el sistema funciona», declaró al canal TV2News pocos minutos después del despegue el inventor Peter Madsen, fundador -con el arquitecto Kristian Bengtson- de Copenhagen Suborbitals.
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