Ibiza

El milagro Bustamante

El cantante ha moldeado su figura de forma llamativa y ha perdido 17 kilos manteniendo musculatura con un plan basado en la dieta y sesiones progresivas de entrenamiento

 
 larazon

No existen soluciones inmediatas ni atajos para alcanzar el cuerpo 10. Si el objetivo es lucir una figura escultural sólo hay un secreto: la constancia. El ejemplo más espectacular de progresión es el de David Bustamante, que estos días se encuentra junto a su mujer, Paula Exteberría y su hija Daniela disfrutando de unas vacaciones en las playas de Ibiza. Con una dieta sana, ejercicio y mucho tesón, el cantante presume ahora de una anatomía de vértigo al más puro estilo de Johnny Weissmüller. El artífice del cambio ha sido su entrenador personal, Martin Giacchetta, el responsable del método que ha convertido a Bustamante en uno de los cuerpos más definidos y envidiados del país. El cantante ha dejado atrás los 92 kilos que marcaba la báscula hace tres años y se mueve ahora entre los 75 y los 77 kilos. «Fue difícil motivarle porque él quería un resultado rápido. Me costó convencerle de que este proceso lleva tiempo si se hace de una manera saludable», explica Giacchetta.

Su fórmula mágica arranca con un paso básico: querer. «A partir de ahí, con ganas y una colchoneta se consigue todo lo demás», comenta el entrenador. Fue hace tres años cuando David Bustamante decidió que quería un cambio en su cuerpo. «Casi ninguno de mis alumnos me contrata para estar más sano. Todos buscan encontrarse mejor frente al espejo», explica Giacchetta. Con esta premisa, analizó su caso. «Él había estado relacionado con el deporte. El problema era que no tenía muy buenos consejos. Aprovechamos su experiencia y ordenamos un programa de entrenamiento», comenta. En busca de un cuerpo tonificado y escultural el cantante comenzó a hacer ejercicios cardiovasculares (caminar, correr, andar, nadar, etc.) combinados con técnicas de fortalecimiento básico. Las horas de dedicación y las sesiones por semana varían mucho en cada persona. En el caso de Bustamante estuvieron seis meses con esta primera fase, en los que entrenaban cuatro veces a la semana una hora y media. Es la más importante porque aquí la labor psicológica y de motivación juega un papel básico. «El deporte fortalece la autoestima», dice este experto. En una segunda etapa, trabajaban con circuitos, dándole más importancia a la musculatura porque el peso ya estaba perdido. Aquí son muy importantes los ejercicios aeróbicos (que activan el sistema cardiorespiratorio) como nadar, correr y hacer bicicleta. Esta fase duró otros cuatro meses más. En apenas un año, el cuerpo de David Bustamante ya había mejorado y comenzaba a tonificarse. En la tercera etapa –en la que se encuentra ahora– continúa con los ejercicios cardiovasculares y de musculatura, pero ahora por separado. «Se aumenta la intensidad y la calidad de las sesiones», explica Giacchetta.

El 50% del éxito es la alimentación

Conseguir un cuerpo diez requiere esfuerzos que van más allá del deporte. «La nutrición y el ejercicio están relacionados. El 50% del éxito radica en la alimentación, que es muy importante a la hora de conseguir resultados. La otra parte se basa en entrenamiento y voluntad» afirma. En el caso de Bustamante, como buen cántabro casado con una asturiana hubo que eliminar comidas tradicionales con alto contenido en grasa y sustituirlas por comidas sanas como los filetes a la plancha o verduras.

Giacchetta –que también es entrenador personal de «celebrities» como Óscar Martínez, Lucía Jiménez y Maribel Yébenes– recomienda comer cinco veces al día. Pero, ¿hay algún alimento prohibido? La respuesta es «ninguno», siempre y cuando se lleve cierto orden. De las 35 comidas que uno hace a la semana, en 30 hay que cuidarse y cinco pueden ser caprichos. Eso sí, repartidos y con moderación: dos se harán a la hora del desayuno, otros dos, en la comida y el último, en una cena. Lo único no permitido es repetir.

Motos, con suplementos

Otro de los famosos más mediáticos en pulir su cuerpo fue Pablo Motos, que se sometió al plan de una revista presente en las recepciones de todos los gimnasios, y que sin apenas bajar de peso, convirtió varios kilos de grasa que le sobraban en músculo y dio cuenta de ello en la portada de la publicación. Su fórmula, o al menos la que la publicación narró, también es bien sencilla. «Comer sano, rebajar grasas, evitar hidratos de carbono (dulces, arroces, pasta, patatas) por la noche, y suprimir del menú las bebidas azucaradas y el alcohol», cuentan sus entrenadores. Motos rebajó en cuatro meses su porcentaje de grasa corporal del 18 al 13 por ciento, y siete centímetros de perímetro de su cintura. Claro que se ayudó de suplementos alimenticios como los batidos de proteínas (dos al día, es decir, 50 gramos) y creatina (un suplemento a 10 gramos diarios) para conseguir sus objetivos, algo que más de un famoso hace aunque lo niegue porque son productos cuyo uso está muy extendido. Al final del proceso, llegó a declarar en su programa que se sentía «culpable por la cantidad de pollos que se había comido», es decir, que su dieta no debió ser un festival para el paladar. Y también una ración de perogrullo: en un mes, 23 sesiones de musculación en el gimnasio y 21 de ejercicio cardiovascular. Los entrenadores de Motos también le aconsejaron alguna práctica muy extendida en los gimnasios que otros expertos rechazan, como la de hacer sesiones de bicicleta estática de entre 30 y 60 minutos por la mañana en ayunas.

El caso opuesto es el de Hugh Jackman. El actor australiano, para ponerse en la piel del personaje de cómic Lobezno, ganó seis kilos de músculo a base de largas horas en el gimnasio y una ingesta diaria de 6.000 calorías, lo que, teniendo en cuenta que la actividad diaria normal de un adulto exige 3.000, puede sonar a barbaridad. «Eso precisa de tres horas de ejercicio intenso todos los días, o cinco de ejercicio moderado para poder quemarlo», dice Giacchetta. Y el resultado será como lo describe en su blog el propio Jackman: «Pienso en Mike Tyson cuando apareció. Wolverine (su personaje) será como un bulldog. Así quiero que sea exactamente. Eso pretendo, y si me da un ataque al corazón antes, puedes decirle a la gente que lo estaba intentando», dijo el actor de 1,90 y que con el entrenamiento y la dieta buscaba «achaparrarse» para encarnar a un hombre lobo mutante.


El detalle: NO SIN MI PREPARADOR
El entrenador de Bustamante está en contra de los milagros y los arreones deportivos. «El deporte debe ser una filosofía de vida», dice. Por eso, para el verano recomienda un revoltillo de «andar por la playa, comidas livianas, algunos abdominales y ejercicios de pierna y protección solar». Y desoír las leyendas del gimnasio: hay que hidratarse y evitar trabajar con pesos excesivos. «Buscar los modelos buenos».