Flamenco

La noche se viste de largo

Antonio Fernández Galiano, Olga Ruiz, Elio Berhanyer, Frida Giannini, Joaquín Trías, Carmen Iglesias, Pedro J. Ramírez y Agatha Ruiz de la Prada
Antonio Fernández Galiano, Olga Ruiz, Elio Berhanyer, Frida Giannini, Joaquín Trías, Carmen Iglesias, Pedro J. Ramírez y Agatha Ruiz de la Pradalarazon

Cuando a las «celebrities» les toca hacer cola en un photocall y pelearse casi por un flash, es que aquello merece la pena. Y así ocurrió anoche en el Palacio de Correos durante la entrega de los T de Telva. A golpe de tesón, la cita de los premios anuales de la moda se ha transformado también en la gran gala de los creadores, donde el caché del personal y lo que llevan encima supera a lo visto en la alfombra verde de los Goya. Que se lo pregunten al esmoquin de Caprile que paseó Mar Flores. «Es un homenaje a YSL, y Lorenzo me ha pedido que no me abroche el último botón del corsé en homenaje al chaleco masculino», confesaba la modelo, que dice no tener «tiempo para nada» con tanto niño en casa. Así andan también Blanca y Borja Thyssen tras la mudanza a Madrid. Ella debía de tener ganas de salir de casa porque no se movía del photocall donde exhibió un diseño de María Lafuente que no era para tanto. Más divertido resultaba contemplar a la vez al trío formado por Jaime Cantizano, Julio José Iglesias y Carmen Lomana, recuperada de la gymkana todoterreno que vivió la semana pasada a bordo de un Land Rover. «Aunque quedé la última, lo di todo, como hay que hacer siempre», subrayó mientras, a su lado, se contoneaban Darek y Susana Uribarri, que tras posponer su boda, poco que tienen que contar y que decir.

Ausencia real
Mariló Montero, más delgada y rejuvenecida que nunca, reivindicó a Roberto Diz, que bien se merecería ser invitado por Puca Solana para desfilar en la «premiere league» de Cibeles. Y aunque se echó de menos la presencia de la Infanta Doña Elena, que suele amadrinar los galardones y dar empaque a la fiesta del otoño, fueron muchas las que supieron olvidar por unos instantes su ausencia.

El que sí tenía vida propia era el Juanjo Oliva de Amelia Bono –mejor si cabe que el de la semana pasada en la fiesta de Dior–. Le seguían el vestido de Manuel Mota que movió Olivia de Borbón con joyas de Aristocrazy, y el Tot Hom de Fabiola –mujer de Bertín Osborne–. Premio también para Tamara Falcó, con un Gucci en oro. Tampoco se quedó atrás el Ladrón de Guevara que lució Patricia Rato. Simplemente impecable, como sus respuestas ante el aluvión de preguntas sobre su nueva vida post-Espartaco. «El tiempo sigue pasando y sigo sin estar con nadie a pesar de todo lo que se ha dicho. Sólo pido respeto», señaló. A renglón seguido apuntó que «yo ya he vivido todo lo que tenía que vivir. No voy a decir si estoy abierta o cerrada al amor, porque no quiero titulares». Entre otras cosas, porque a los que les tocaba ser noticia era a los premiados por la revista: Elio Berhanyer –recibe uno cada quince días, bien lo merece–, Joaquín Trías –rey de los cortes fríos– y Frida Giannini –la responsable de Gucci–.