Salamanca
Una frontera de película por César Lumbreras
Me confieso un apasionado de «los» y «las» Arribes, dependiendo de la provincia, Zamora o Salamanca. Se trata de una de esas comarcas de España muy desconocidas para el gran público que bien merecen una visita. Son varios los lugares que se pueden utilizar como punto de partida para las excursiones, dependiendo de la zona. Si se opta, por ejemplo, por la salmantina Aldeadávila de la Ribera, se puede hacer un paseo en barco por el río Duero, justo por donde va encajonado, y acercarse hasta la presa en la que se rodaron las escenas del principio y del final de la película Doctor Zhivago. Impresiona contemplar las paredes verticales de piedra de casi cien metros de altura, dependiendo del tramo. También es posible ver desde el río los cultivos en terraza, que llegan hasta una de las orillas, con cítricos, viñedos y olivares, algo que sorprende al visitante que ha llegado hasta allí por las tierras altas de la comarca de Vitigudino y no se espera un cambio de paisaje tan radical. Es tan solo una de las múltiples posibilidades que ofrece esta comarca natural, que atraviesa dos provincias y que hace frontera con Portugal.
Durante los últimos años se han multiplicado las opciones de alojamiento de turismo rural, algunos de ellos de calidad y de nivel. Además de degustar la gastronomía «in situ», también existe la posibilidad de llevarse para casa algunos «recuerdos», en forma, por ejemplo, de quesos, vinos (elaborados con uvas autóctonas que solo se dan por allí) o aceites de oliva. Se trata de una opción más que recomendable de cara a estas semanas de finales de invierno, o justo cuando haya estallado la primavera. La sorpresa está garantizada.
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