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Defensa alerta del riesgo del norte de África para España

La Directiva de Defensa Nacional incluye por primera vez la crisis como amenaza a la seguridad

Morenés, ayer, durante la presentación de la Directiva de Defensa Nacional en la sede del Ministerio de Defensa
Morenés, ayer, durante la presentación de la Directiva de Defensa Nacional en la sede del Ministerio de Defensalarazon

MADRID- «No se puede improvisar la seguridad». Con esta frase resumía el ministro de Defensa, Pedro Morenés, la importancia de la Directiva de Defensa Nacional que presentó ayer, tras ser ratificada el martes por el Consejo de Defensa Nacional presidido por Su Majestad el Rey. El documento, que sustituye al presentado por el PSOE en 2008, fija las líneas fundamentales de lo que debe ser la política de Seguridad y Defensa en un escenario marcado por la inestabilidad internacional y la incidencia de las cuestiones económicas. La crisis, de hecho, aparece por primera vez en un documento de esta índole como una amenaza clara a la seguridad de España y como un condicionante básico a la hora de diseñar las capacidades futuras que necesita nuestro país para hacer frente a las amenazas que le acechan. Como indica la Directiva publicada ayer por Moncloa, esta crisis ha tenido un «impacto negativo en nuestras propias capacidades defensivas y la disminución del paraguas colectivo».

En su introducción, Morenés remarcó la importancia de la seguridad como elemento de estabilidad y señaló las principales preocupaciones y riesgos que han marcado el primero de una serie de documentos que establecerá el ámbito de una política total de seguridad para España, con la premisa de que, como señala la Directiva, «a pesar del contexto de estrechez presupuestaria, España debe contar con las capacidades que garantizan la disuasión».

El titular de Defensa subrayó en su introducción que la principal preocupación para la seguridad es la situación cercana a España: el norte de África. La «primavera árabe» es, según el ministro, un fenómeno que genera esperanza pero también incertidumbre. Ese movimiento provocó, especialmente tras la guerra en Libia, una situación colateral que ha despertado un «monstruo» a escasos kilómetros de nuestra frontera sur, en el Sahel, el área por debajo de Marruecos, Túnez y Argelia. En ese área de desierto y países como Mali, Mauritania o Níger campan a sus anchas no sólo bandidos de toda índole, mafias y tribus que luchan por hacerse con el control de la zona, sino que Al Qaida es cada vez más poderosa en una región de gobiernos débiles y permanente inestabilidad que puede afectar a España de muy diversas formas.

El segundo punto de preocupación, señaló Morenés, es el ya tradicional Oriente Medio, agudizado ahora por la situación en Siria. Más cerca de nuestras fronteras también se presenta como riesgo el Golfo de Guinea, donde la creciente presión de traficantes de droga, armas y personas y la presencia mayor de piratas hacen temer que se repita una situación similar a la de Somalia, con el problema de que Canarias está a un paso de aquella zona y de que España es un destino más que probable de todos esos males.

Por último, el narcotráfico y el terrorismo en Iberoamérica, como zona de especial interés para España, y el viraje de la política de Estados Unidos hacia Asia y el Pacífico, cargando más presión sobre los países europeos para el control de otras zonas, entran en la lista de preocupaciones fundamentales para el Gobierno.

Con este escenario, y teniendo en cuenta que «las condiciones de nuestra seguridad se han visto alteradas en los últimos años de forma notable», Morenés destacó la importancia del desarrollo de las capacidades de la inteligencia nacional, de promover la implicación de todos los departamentos en la seguridad nacional, de mantener un nivel de disuasión creíble, una mayor eficiencia en las Fuerzas Armadas, gestionar mejor la industria de Defensa nacional y desarrollar una comunicación estratégica de la Defensa.

El documento, además de profundizar en estas líneas, subraya la necesidad de que la Defensa sea «asumida por todos los españoles como asunto de indudable trascendencia del que dependen, junto a la independencia, la soberanía y la integridad territorial, la paz, la libertad, el respeto a nuestros intereses y la propia prosperidad».

Las directrices que marca el documento incluyen, además de una revisión estratégica de la Defensa y de la disponibilidad de capacidades para ejercer la disuasión y defender el territorio nacional, una gestión integral de la ciberseguridad, la participación activa en los organismos internacionales y el replanteamiento de las estructuras de las Fuerzas Armadas impuesto por el actual contexto económico.

El documento publicado ayer forma parte de un conjunto de actuaciones sobre la Defensa y la Seguridad que incluirá, en un nivel superior, una Estrategia de Seguridad Nacional que depende del presidente del Gobierno, una Directiva de Política de Defensa que publicará Morenés y un planeamiento militar para estos cuatro años a cargo del jefe de Estado Mayor de la Defensa.