Casta

Me nublo cuando leo que el actual «Barça» es el mejor equipo de la historia del fútbol. Me remito al Real Madrid de Di Stéfano, Rial, Puskas, Kopa y Gento y me da la risa. Los madridistas amamos el buen fútbol.
 Después de aquel prodigio que conquistó cinco Copas de Europa, vino la época de Uli Stielike, Juanito, Santillana y Gordillo, posterior al «Madrid Ye yé» de la «Sexta», con Amancio y Pirri, aquellos fenómenos. Y la «Quinta del Buitre», con Hugo Sánchez de infiltrado, sin olvidar a Velázquez, a Netzer, a Breitner y lo que fuera. En los últimos años se han ganado –y Raúl tuvo que ver con ello cuando podía correr–, tres Copas de Europa más. El Madrid está muy por encima del «Barça», con perdón de la cursilería estadística dominante.
Y a los madridistas, igual que el buen fútbol, nos gusta la casta, la sangre caliente, la heroica. Contra el Español, Casillas cometió una bobada. Mejor un gol en contra a los dos minutos que noventa de agonía. Y el domingo, el Real Madrid superó la pájara de su capitán, y se comportó como si no hubieran pasado veinte años. Formidables. Lástima que Adebayor principie el merecimiento de ser llamado «Adefallón». ¿Qué pasa con Benzema? El portero suplente, Adán, tuvo un par de dídimos. Y como madridista antiguo, lo del domingo me emocionó. Con dos narices.