País Vasco
Ganaría el PNV e intentaría gobernar solo sin mayoría
A pesar de que sólo conseguirán un tercio de los parlamentarios, los nacionalistas vascos confían en que los demás partidos no unirán sus votosConsulte el gráfico con los datos de la radriografía del voto del País Vasco
BILBAO- Si el PNV obtiene un tercio de los escaños del Parlamento vasco en las elecciones autonómicas del próximo domingo, su primera opción será intentar gobernar en solitario, confiando en que los tres partidos de la oposición –EH-Bildu, PSE y PP– no unirán sus votos. Fuentes del PNV manifestaron a LA RAZÓN que, de confirmarse los resultados de las últimas encuestas, que dan al PNV entre 24 y 27 escaños, la estrategia a seguir por el partido sería presentar su propio candidato, sin acuerdos previos, votarlo y esperar que no haya pactos entre las otras fuerzas políticas.
En 2009, el PNV también ganó las elecciones con 30 escaños –que logró al impedir la Justicia que hubiera candidaturas proetarras en aquellos comicios– pero el PP votó al candidato del PSE, Patxi López, con el objetivo de impulsar la alternancia en el poder, tras treinta años de hegemonía peneuvista en el País Vasco. Ahora las encuestas dan al PSE entre catorce y dieciséis escaños y aunque le apoyaran los diez o doce parlamentarios que los sondeos conceden al PP, Bildu votaría a Urkullu para impedir que López se mantuviera en Ajuria Enea.
Alianzas entre los proetarras y los socialistas, que matemáticamente serían factibles no se contemplan en el caso –confirmado por todas las encuestas– de que la primera fuerza fuera el PNV. Otra cosa es que EH-Bildu ganara las elecciones, pero ni siquiera ellos mismos manejan esa hipótesis. Los socialistas estarían encantados de formar parte de un gobierno de coalición con el PNV, una alianza que tiene precedentes. También contemplarían un pacto de legislatura o cualquier otra fórmula como los acuerdos parciales, que son la primera opción del PNV.
Urkullu quiere sumar apoyos, sin descartar a ninguna fuerza política –ni a EH-Bildu, ni al PP–, para llegar a acuerdos sobre la crisis, sobre el cierre definitivo del ciclo del terrorismo etarra y sobre un nuevo estatus que quiere someter a votación en el Parlamento vasco al final de la legislatura. La opción del PP es también pactista, para conseguir influir en las políticas del próximo Gobierno vasco. Incluso, si hubiera riesgo de una alianza entre PNV y EH-Bildu, el PP daría sus votos a Urkullu únicamente a cambio de que éste no se apoyara en los proetarras. Estos, por su parte, también pretenden pactar con el PNV todo tipo de acuerdos, pero sobre todo el cierre del terrorismo y la superación del actual marco jurídico del País Vasco.
El PNV, por tanto, no va a tener difícil recuperar Ajuria Enea, con un gobierno en minoría o con pactos con cualquiera de los tres partidos de la oposición. Hay que tener en cuenta que en estos momentos hay gobiernos en minoría en las tres diputaciones vascas: del PNV en Vizcaya, de EH-Bildu en Guipúzcoa y del PP en Álava. Y son gobiernos que se basan más en la ausencia de intereses comunes de los partidos de la oposición que en la fuerza del que gobierna. Por ejemplo en Guipúzcoa, EH-Bildu gobierna con 22 escaños y los 14 del PNV y los 10 del PSE podrían unirse para desplazarles, pero no lo hacen, porque aunque ya no haya terrorismo, no quieren enfrentarse a los proetarras.
ANÁLISIS: El PSOE baja 9 puntos y el PP se mantiene; por Lorente Ferrer
Tras una legislatura en la oposición, todo parece confirmar que el Partido Nacionalista Vasco volverá a presidir el Gobierno autónomo vasco. Aunque quedará lejos de la mayoría absoluta, a falta de 11/14 escaños, tiene a su alcance varias posibles combinaciones de partidos para darle la estabilidad necesaria, pues puede pactar con cada uno de los otros tres partidos que le siguen en votos y escaños o decidirse por un gobierno en minoría ante la fragmentación y heterogeneidad del nuevo parlamento vasco.
La abstención se mantiene en los mismos niveles de 2009, con el 35,5% sobre el censo. No obstante, en las últimas seis semanas ha venido reduciéndose hasta bajar 1,9 puntos en este periodo de tiempo. El partido más beneficiado por el aumento de la participación es, precisamente, el PNV. De hecho, lleva tres semanas consecutivas creciendo. Hoy obtendría el 33,2% de los votos válidos, 2,1 puntos menos que en las anteriores elecciones autonómicas, pero se mantiene como la primera candidatura, tanto en votos como en escaños, pues obtendría entre 24 y 27 parlamentarios, entre 3 y 6 menos que hace cuatro años. La segunda fuerza pasa a ser EH-Bildu, que desplaza al PSE-PSOE a la tercera posición. La expectativa de los abertzales es la de obtener el 26,4% del voto válido, 9,1 puntos más que en las elecciones de 1999. Sus escaños también crecen, pasando de 5 a 20/22.
El PSOE retrocede 9,2 puntos, pasando del 28,1% al 18,9%, y su representación cae de 25 a 14/16 parlamentarios. Una verdadera catástrofe electoral. Los populares, por contra, se mantienen en sus porcentajes de voto, pasando del 12,9% al 13,0%, pero su representación se ve reducida, como le ocurre al PNV y PSOE por la crecida en diputados de EH-B. El Partido Popular aspira a conseguir entre 10 y 12 parlamentarios, frente a los 13 de 2009. EH-B es la formación con menos porcentaje de fugas de votantes, pues mantiene el 86% de sus votantes de 2009. En segundo lugar, como votantes más fieles, se halla el electorado del PP con un índice de fidelización del 77%. El PNV se mantiene en tercer lugar, con una fidelidad del 71%, la misma durante todo el mes de octubre. Los socialistas conservan el 56% de sus votantes de 2009.
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