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El presidente alemán cuestiona la legalidad de las compras de deuda por parte del BCE

El presidente de Alemania, Christian Wulff, ha puesto en duda la legalidad de las operaciones de compra de deuda pública desarrolladas por el Banco Central Europeo (BCE) en los mercados secundarios, subrayando la fuerte oposición a esta medida en el país germano, que, de hecho, se saldó el año pasado con la renuncia de Axel Weber a la carrera por la presidencia de la institución europea tras hacer públicas su críticas a la decisión del banco.

"Considero legalmente cuestionable la masiva compra de deuda soberana de países por parte del BCE", afirmó el jefe del Estado alemán en su discurso de apertura de un encuentro económico en Lindau que contó con la presencia de diecisiete premios Nobel.

En este sentido, Wulff, cuya candidatura a la presidencia alemana contó con el apoyo de Angela Merkel, compañera de partido en la CDU, recordó que el artículo 123 del Tratado de la UE "prohíbe"que el BCE adquiera directamente instrumentos de deuda con el objetivo de salvaguardar la independencia de la institución, algo que "sólo tiene sentido si sus responsables no burlan este precepto realizando compras sustanciales en los mercados secundarios".

"De hecho, las compras indirectas de bonos gubernamentales resulta incluso más cara que su adquisición directa y, nuevamente, permite a los actores de los mercados financieros ingresar comisiones sin asumir riesgo alguno", añadió.

De este modo, el presidente germano hizo un llamamiento expreso a los responsables de la política monetaria del BCE a "encontrar rapidamente el camino de vuelta a los principios acordados", después de que estos "guardianes supremos de la moneda se hayan extralimitado de su mandato con la compra masiva de bonos, algo que a largo plazo no puede ser bueno y sólo puede tolerarse, en el mejor de los casos, durante un periodo breve".

Asimismo, Wulff señaló también la responsabilidad de los gobiernos que han esperado hasta el último minuto antes de mostrar voluntad alguna de adoptar reformas y renunciar a privilegios.

"La solidaridad también supone pensar en los intereses de los jóvenes. Cualquiera que intente mitigar sólo con dinero y garantías las consecuencias del pinchazo de las burbujas especulativas causadas y décadas de mala gestión, está trasladando la carga sobre las generaciones más jóvenes, complicando sus esperanzas de futuro", advirtió el presidente alemán.

El Banco Central Europeo (BCE) reactivó hace dos semanas su controvertido programa de compra de deuda pública en los mercados secundarios ante la creciente presión sobre la deuda de Italia y España, cuyos diferenciales respecto al 'bund' alcanzaron máximos históricos desde la introducción del euro.

En estas dos últimas semanas el BCE ha destinado más de 36.000 millones de euros, la tercera parte de los 110.500 millones invertidos desde la creación del programa en mayo de 2010, a comprar deuda soberana europea, principalmente de Italia y España, según las fuentes del mercado consultadas, lo que permitió un importante alivio de la prima de riesgo de ambos países, que han aprovechado para colocar deuda durante esta 'tregua' a costes significativamente más bajos respecto a los asumidos antes de la intervención del BCE.

A pesar de que la figura del presidente de la República Federal de Alemania es principalmente institucional y carece de capacidad de influir directamente en las decisiones del Ejecutivo, sus críticas se suman a las vertidas recientemente por el Bundesbank, donde el sucesor de Axel Weber, Jens Wiedmann, ha subrayado que las compras de deuda en los mercados secundarios "reducen los incentivos para adoptar políticas fiscales apropiadas".