Chipre
Benedicto XVI más cerca de la Iglesia ortodoxa en Chipre
Miles de ortodoxos ovacionan al Pontífice en un encuentro ecuménico en la ciudad chipriota de Pafos.
MADRID- Por primera vez en la historia un Papa ha pisado la isla de Chipre, una tierra dividida en dos después de que los turcos la invadieran en 1974 para crear la República Turca del Norte de Chipre, un estado que actualmente sólo es reconocido por Turquía.
Benedicto XVI aterrizó ayer en la isla mediterránea para entregar a los obispos el documento de preparación para el Sínodo de Oriente Medio, que se celebrará en octubre en Roma. Sin embargo, el Pontífice viaja con otro objetivo fundamental: mejorar las relaciones de la Iglesia de Roma con la ortodoxa, dentro de la cual la Iglesia griega, a la que pertenece la chipriota, es la más reacia al diálogo.
Es por ello que nada más bajar del avión el Santo Padre saludó «como a un hermano en la fe» al arzobispo Crisóstomos II, la máxima autoridad de la ortodoxia griega en Chipre, y le transmitió su deseo de consolidar la «amistad duradera con todos aquellos que adoran al único Dios».
Tras ser recibido en el aeropuerto por las principales autoridades políticas y religiosas de la isla, Benedicto XVI participó en una celebración ecuménica junto al patriarca ortodoxo y representantes de otras confesiones cristianas, en particular armenios, luteranos y anglicanos. La celebración tuvo lugar en la iglesia de «Agia Kiriaki Crisopolitissa», situada junto a los restos arqueológicos de una basílica paleocristiana del siglo IV, en la ciudad de Pafos.
En el encuentro, el arzobispo Crisóstomos II denunció ante el Pontífice que Turquía «ha saqueado sin piedad todas las obras de arte cristianas, que han sido vendidas o destruidas», y le pidió su cooperación «activa» para que la comunidad grecochipriota pueda mantener su patrimonio sagrado y cultural. Benedicto XVI evitó hacer referencia al conflicto con la parte turca de la isla, aunque sí pidió a todas las comunidades cristianas que habitan en ella, tanto católicas como ortodoxas, que hagan de «puente entre Oriente y Occidente».
Las controversias, superadas
El Papa animó a las miles de personas presentes a «dar gracias al Señor», quien «nos ha llevado a encontrar los caminos para volver a acercarnos el uno al otro, superando las controversias del pasado». Las palabras del Pontífice fueron acogidas con entusiasmo por el arzobispo de Chipre, quien al ser elegido para ese ministerio en noviembre de 2006 se convirtió en un gran promotor de la unidad con la Iglesia de Roma.
Según Benedicto XVI, la unidad «es un don que hay que implorar del Padre, con la esperanza de que refuerce el testimonio del Evangelio en el mundo». Los presentes, incluyendo los ortodoxos, acogieron estas palabras gritando «¡Benedetto, Benedetto!», según informa la agencia Zenit.
«No es un asesinato religioso»Benedicto XVI consideró ayer que el asesinato en Turquía del obispo de Anatolia, Luigi Padovese, «no debe oscurecer» el diálogo con el Islam. Según declaró a los periodistas a bordo del avión en el que viajaba a Chipre, la muerte del obispo no tiene nada que ver con «Turquía o con los turcos» ya que, aunque todavía se tienen pocas informaciones sobre lo sucedido, «es seguro que no se trata de un asesinato político o religioso», sino de «una cuestión personal».Padovese fue apuñalado el pasado jueves en su casa. El principal acusado es su chófer, que ya ha sido arrestado y afirma haber actuado por inspiración «divina», según los medios locales. El Papa, que acogió la noticia con «desconcierto y dolor», destacó el papel que el obispo estaba teniendo en la preparación del próximo Sínodo sobre Oriente Medio.
✕
Accede a tu cuenta para comentar