Grecia

El mercado castiga el déficit oculto

El mercado teme que el cambio de signo político en las administraciones territoriales suponga el afloramiento de nuevas partidas de deuda y déficit encubiertas por los gobiernos locales salientes.

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A la espera de las auditorías que ya prometieron el domingo varios candidatos populares, los inversores se pusieron ayer en lo peor –el endeudamiento autonómico supone alrededor del 20% del total nacional– y trasladaron sus malas previsiones al interés de la deuda española en el secundario. El rendimiento del bono español a diez años tocó techo en el 5,61% en las primeras horas de cotización, aunque luego se relajó hasta el 5,51% al cierre de la jornada.

Así, la prima de riesgo –medida como el diferencial frente al «bund» germano– escaló por la mañana hasta los 261 puntos básicos (un 2,61%), cerca de los máximos anuales de enero, mientras que por la tarde la «brecha» con Alemania cayó hasta los 250 puntos. S&P salvó a la deuda española tras señalar que el país cumplirá los objetivos de déficit y destacar la solvencia del sistema bancario.

Presión periférica
Además de los problemas previstos para los gobiernos autonómicos, el mercado también cotizó las tensiones en los países periféricos. El cuento de nunca acabar de Grecia, que tiene dividida a la UE, se tradujo ayer en nuevos recortes de gasto público que desdicen las promesas del Ejecutivo heleno. El país no podrá cumplir los objetivos de déficit y la lentitud de las reformas va contra el reloj de las autoridades comunitarias, y los inversores lo saben. El interés del bono griego se disparó hasta el 17,07% lastrado por una nueva oleada de ventas, lo que elevó la prima de riesgo del país hasta los 1.400 puntos básicos (un 14%).

Además, Standard & Poor's (S&P) le dio un «tirón de orejas» a Italia, el «tapado» de la crisis de deuda en la UE, y redujo la perspectiva de su nota de solvencia de estable a negativa. Esto supone el paso previo a una rebaja de rating que algunos analistas ya descontaron hace pocas semanas. En la misma línea, Fitch, las más pequeña de las tres, también advirtió a Bélgica de que su crisis política podría acarrear un recorte de calificación a corto plazo.