Londres

«El impacto en los medios exige una gran matanza»

Sus compañeros de colegio y, cómo no, sus vecinos describen a Anders Behring Breivik como «un chico normal, tímido pero educado y buen estudiante». Sin embargo, el terrorista ha dejado 1.500 páginas escritas en inglés y difundidas en internet para que no haya lugar a dudas.

«El impacto en los medios exige una gran matanza»
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Uno de los apartados del manifiesto «2083: una declaración europea de independencia», Andrew Berwick, su nombre en anglosajón como prefiere, lo dedica a su currículum vitae. Así, aparte de aportar datos sobre su fecha de nacimiento –febrero de 1979– peso y estatura (80 kg y 183 cm) se define como alguien «optimista, pragmático, ambicioso, creativo y trabajador». En un intento de que los medios de comunicación no tergiversen su postura política, el terrorista se cree «culturalmente conservador, un revolucionario conservador, de la escuela del pensamiento de Viena (porque fue la ciudad donde se frenó al Imperio Otomano) y un liberal económico».
Sobre su religión, indica que es «cristiano protestante, pero que apoya una reforma del protestantismo que induzca a ser absorbido por el catolicismo». No obstante, también reconoce que pasó de ser «moderado a agnóstico para después ser otra vez moderado». Además, el asesino «engorda» su currículo al decir que es «inversor, gerente, administrador, fundador de compañías, analista político, escritor, comercial y analista de excedentes», y añade que no tiene claro si el ser combatiente de la resistencia (Comandante de los Caballeros Justicieros) y mártir cuenta como profesión e incluye un emoticono «:)».
Fumador, bebedor de alcohol ocasional, sin tatuajes y aficionado a correr, al spinning y al snowboard, ayer admitió a la Policía que él es el responsable de la matanza del viernes y que él escribió todo el texto. Los investigadores antiterroristas indicaron que en el «libro» se describe la planificación de los atentados, la elaboración de los explosivos y la filosofía que inspiró la matanza. «Fue publicado el mismo día», declaró el jefe en funciones de la Policía de Oslo, Sveinung Sponheim, en unas declaraciones recogidas por la agencia Reuters. Breivik, de hecho, lo data el 22 de julio a las 12:51 horas. «Lo hemos confirmado», añadió el agente.
«A fin de penetrar exitosamente en la censura de los medios culturales marxistas y multiculturales, nos vemos obligados a llevar a cabo operaciones significativamente brutales» que «causen víctimas». Y es que, «una vez que se decide atacar, es mejor matar a muchas personas que no a pocas, o se corre el riesgo de reducir el impacto ideológico deseado», se lee como presagio a las 93 personas que fallecieron por las explosiones en la capital y el posterior tiroteo en Utoeya a manos –según el autor de los hechos– de las armas llamadas «Mjöllnir» y «Gungnir».

Lobo solitario
La sociedad noruega se pregunta cómo una sola persona ha podido hacer tanto daño a un país. El propio Breivik reconoció a la Policía que actuó «en solitario». Los agentes, de momento, no han detenido a ningún otro sospechoso. Sin embargo, ayer un grupo de Facebook que en un principio era de apoyo a las víctimas de la tragedia fue «hackeado» y convertido en una página a favor de «Anders Brehling Breivik, un héroe de verdad y un modelo a seguir».

Su padre, un diplomático jubilado
El padre de Anders Breivik, el asesino de masas noruego, es un diplomático jubilado que reside en París con su segunda esposa. Ha declarado al diario «Verdens Gang» que se enteró de lo ocurrrido al ver la foto de su hijo y su nombre en un periódico digital. «Fue un choque terrible, aún no me he recuperado». Destinado en Londres y París, el padre del asesino se divorció de la madre poco después de su nacimiento. Mantuvo el contacto con su hijo hasta que éste cumplió 15 años. «Era un chico normal, aunque un poco introvertido. A esa edad no se interesaba por la política». Cuando la madre biológica se volvió a casar, su padre intentó recuperar la custodia, pero la Justicia noruega falló en su contra. Perdieron la relación. Tanto su padre como su segunda esposa son militantes del Partido Laborista, contra el que ha atentado Anders. En su blog, el asesino afirma que su padre dejó de verle «cuando entré en la edad difícil: la edad del grafiti».