Mas confirma a Oriol Pujol como su número dos en CDC

De esta manera, Mas señala a Pujol como su número dos al frente del partido y da rienda suelta a todo tipo de interpretaciones en clave sucesoria. «Verlo así es una opción lógica, pero en política puede pasar de todo», afirmó Felip Puig ayer tras la reunión del comité ejecutivo de Convergència.

El nombramiento de Pujol deberá aprobarse este fin de semana en el consejo nacional de CDC y deberá ser ratificado en votación en el congreso que los nacionalistas celebrarán en julio de 2012, salvo que se avance el cónclave, una opción que la cúpula del partido no descarta. La conquista de la Generalitat ha descabezado a la dirección del partido y puede forzar una reestructuración de los órganos dirigentes de CDC si se tiene en cuenta que el presidente de la Generalitat pretende abandonar sus tareas en CDC para centrarse en el Govern. De esta manera, dejaría la secretaría general para ocupar la presidencia del partido, de carácter más representativo que ejecutivo. Este cambio forzaría la creación de una presidencia honorífica de Convergència para el ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol. Un proceso que situaría a Oriol Pujol como hombre fuerte de CDC.

De momento, este fin de semana están previstos varios nombramientos al margen del nuevo secretario general adjunto. Germà Gordó dejará sus tareas como gerente para centrarse en la secretaría general del Govern; su sustituto será Carles del Pozo, miembro de CDC del distrito de Sant Andreu. Por su parte, Daniel Osàcar –salpicado por la presunta financiación irregular de CDC a través del Palau de la Música– también dejará de ser tesorero y será sustituido por Andreu Viloca. Este consejo nacional también servirá para dar el último adiós al artífice de la campaña de Mas, David Madí, que con toda probabilidad será sustituido por Jordi Cuminal. Así, el actual secretario general de comunicación de la Generalitat deberá ocuparse también de la estrategia y de CDC en sustitución de Madí.

El Gobierno, para el ganador
El objetivo de CiU pasa ahora por trasladar el éxito de las catalanas a las elecciones municipales de mayo y, si puede ser, hacerlo extensivo a las generales de 2012 para poder tener la llave de La Moncloa. Eso sí, Puig precisó que CiU no hará la pinza con el PSOE para frenar el ascenso del PP. «No vamos a participar nunca en ninguna operación política que signifique cortar el paso a populares o socialistas e impedir que gobiernen los que obtengan la mayor confianza de los ciudadanos», afirmó el aún secretario general adjunto de Convergència consciente que su partido sufrió «en sus propias carnes» una maniobra similar.