Igualdad augura un agosto sangriento

La datos de violencia de género dejan poca cabida al optimismo. El mes pasado fue, con nueve víctimas mortales, el más trágico desde 2003, y en lo que va de año ha habido un 27,3 por ciento más de víctimas que en el mismo periodo del año pasado. Y la situación puede empeorar en lo que queda de verano. Según advirtió ayer Miguel Lorente, delegado del Gobierno para la Violencia de Género, en la segunda quincena de agosto habrá un repunte de las víctimas, como ha ocurrido otros años. La media de homicidios cometidos en este mes, que es de 7,1, está por encima de la del resto.

En concreto, Lorente destacó que el 68 por ciento de los homicidios cometidos en agosto, desde 2003, se llevaron a cabo durante las dos últimas semanas. Esto se debe a que en la época estival «la convivencia es más intensa en espacios comunes, por lo que los conflictos, sobre todo los familiares, se prolongan más en el tiempo». En el caso de que no haya convivencia, «la mujer rompe su rutina y es perseguida por su ex pareja, que la encuentra en compañía de amigas o amigos, lo que potencia el paso a la acción del maltratador».
 
Además, ha disminuido la percepción que las mujeres tienen del riesgo que supone sufrir maltrato por parte de sus parejas. Esto explica que el número de denuncias haya caído, ya que en el primer trimestre de 2009 hubo 1.164 denuncias más que en el de este año, en el que se pusieron 32.392. Ha decrecido también el número de víctimas usuarias del servicio telefónico de atención y protección móviles: a finales de 2009 eran 13.696 y ahora lo utilizan menos de 11.500 mujeres. Respecto a los dispositivos GPS para los agresores, había activos 459 de los 3.000 disponibles, y 90 han sido desactivados. Miguel Lorente estimó que hay unas 530 mujeres en riesgo alto o extremo.

En relación a las víctimas mortales de enero a junio de 2010, un 15,6 por ciento había interpuesto una denuncia a su maltratador, frente al 38,5 por ciento del mismo periodo del año pasado. Sólo una de cada diez fallecidas había solicitado una orden de protección, mientras que en 2009 lo hizo el 34,6 por ciento. Esta orden se le concedió al 9,4 por ciento de las asesinadas, cuando en el periodo anterior se le dio al 34,6 por ciento. En el momento de la muerte, menos de una de cada diez tenía una orden en vigor, diez puntos por debajo que en 2009.

Más tiempo maltratadas
El perfil de las mujeres que han perdido la vida manos de sus parejas ha cambiado este año respecto al anterior. Lo más destacado es el aumento de 22,6 puntos de las que convivían con sus agresores en el momento del asesinato (el 68,8 por ciento en 2010). Además, se ha incrementado 10,6 puntos (hasta alcanzar el 37,5 por ciento) el porcentaje de fallecidas con nacionalidad extranjera, así como el de sus agresores. Las víctimas mayores de 30 años han supuesto el 81,2 por ciento del total, frente al 73,1 que representaban en 2009.

El aumento de la edad de las fallecidas se debe, según ha explicado Lorente, a que son mujeres que han sido maltratadas por su pareja durante un periodo prolongado en el tiempo, por lo que minimizan el riesgo real al que están sometidas y no denuncian o, si lo hacen, en muchos casos se arrepienten y no solicitan medidas de protección.

24 menores pierden a su madre
- Las 42 mujeres que han perdido la vida no son las únicas víctimas que sufren las consecuencias de la violencia de género. Hay un grupo especialmente vulnerable que no suele aparecer en las estadísticas y que necesita una atención especial: los niños. Los verdugos de las 42 víctimas de 2010 han dejado huérfanos a 24 menores de edad. Además, dos niños más han sido asesinados por el agresor de su madre.
- Otra víctima colateral de la violencia de género fue una anciana que falleció a manos de la ex pareja de su hija porque la culpaba de la ruptura.
- Asimismo, ha habido 17 agresiones graves sin resultado de muerte: tres con arma de fuego, siete con arma blanca, cuatro traumatismos, un atropello, un secuestro y un incendio provocado.