Eutanasia

Matar a Hipócrates por Sonsoles Alonso

La Razón
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Si la acción violenta sobre un ser humano que ejercía Morín y quienes trabajaban para él es, a todas luces, un comportamiento inhumano, cruel y contrario al respeto debido al derecho fundamental a la vida, resulta indignante que se intente defender como un comportamiento ejemplar. Para cualquier ser humano, matar no es un comportamiento ejemplar. Nunca puede serlo. Menos para un profesional cuya razón de ser es la preservación de la vida, la lucha contra la enfermedad y, en el caso en el que la Ciencia no tenga remedio conocido, el acompañamiento al enfermo y la mejora hasta donde se pueda de sus condiciones de vida. Resulta insultante que alguien que se lucra con la muerte se presente como una persona ejemplar.

Más allá de esto hemos de mirar a las autoridades que han permitido que la Ley –siendo ésta perniciosa en cuanto que hace legal un crimen– haya sido ninguneada aún en su maldad intrínseca. Son también corresponsables.

Por eso, el Gobierno tiene ahora una oportunidad de oro para que la permisividad dolosa que se ha dado con el aborto en nuestra sociedad termine. Una oportunidad de oro para que el aborto, en el campo legal, retroceda como exige la mínima ética y deontología médica.

Muchos se han preocupado por la muerte política y social de Montesquieu, no sin razón. Pero nos hemos olvidado de que Hipócrates ha sido desterrado por muchos de la práctica médica. Un lujo que una sociedad que se tenga por civilizada no se puede permitir.

 

Sonsoles Alonso
Portavoz de Ginecólogos DAV