Europa

Londres

Peregrinos de tierras anglicanas

A la salida de la iglesia St. Thomas of Canterbury, en Fulham (suroeste de Londres), grupos de jóvenes se ofrecen para limpiar los coches de los feligreses. Hay también quien vende pasteles de colores al terminar la misa y hasta quien pide «sponsor» para su próximo maratón. Todo vale para costearse el viaje a España y asistir al encuentro con Benedicto XVI.

Los jóvenes británicos brindaron una calurosa bienvenida a Benedicto XVI durante el viaje que realizó el pasado mes de septiembre
Los jóvenes británicos brindaron una calurosa bienvenida a Benedicto XVI durante el viaje que realizó el pasado mes de septiembrelarazon

A pesar de ser un país anglicano, Reino Unido cuenta con una nutrida comunidad de católicos que poco a poco se va haciendo escuchar con más fuerza. Agustín Conesa, vicepárroco de la iglesia y sacerdote de la diócesis de Westminster, asegura que hay una gran actividad y todo el mundo está nervioso ante el gran acontecimiento. Empezando por él mismo. Aunque llegó a Londres en 1994, no olvida a España, «sus raíces», y quiere que «todo salga perfecto». «Llevo muchos años aquí, pero es la primera vez que voy a viajar con los jóvenes de mi diócesis. Al tratarse de mi país hace que la ocasión sea más especial y estoy pendiente de cada detalle», explica a LA RAZÓN.

Sólo de Londres se calcula que 500 jóvenes asistirán a la cita con Benedicto. «Estamos muy ilusionados. El Papa estuvo aquí hace poco e invitó personalmente tanto a anglicanos como a católicos a ir a Madrid. Fue un gesto que llegó a mucha gente», matiza Conesa.

Visita histórica
La visita del Pontífice a Reino Unido en septiembre fue histórica. Se trataba del primer viaje oficial del líder de la Iglesia de Roma, algo que no ocurría desde los tiempos de Enrique VIII. «El viaje que realizó Juan Pablo II fue pastoral, pero el de Benedicto tenía muchísima importancia. Ver al Papa junto a Isabel II, cabeza de la Iglesia anglicana, supuso un día muy grande para nosotros», explica.

Conesa recuerda que, pese a que la Prensa se mostró muy negativa aquellos días sacando a relucir los casos de pedofilia, Benedicto dio la vuelta a la situación y se ganó el respeto y simpatía de todos, incluidos los jóvenes. «Juan Pablo II tenía mucha presencia, pero Benedicto también sabe llegar a la gente a través de sus textos. Utiliza un lenguaje sencillo que toca el corazón», asegura. Además, según Conesa, está haciendo más que ningún otro por abrirse y mostrarse cercano, revelando detalles más íntimos de su vida en entrevistas. «Sabemos que le gusta llevar sombreros, que tiene un gato y que le gustan los zapatos de color rojo. Son cosas que llaman la atención a la juventud. Lo ve más cercano», matiza.

Aunque se comenta que la Iglesia carece de relevo generacional, Conesa cree que en Europa hay un espíritu de renovación. «La Iglesia tiene que hacer autoexamen y preguntarse en qué ha fallado, porque quizá no hemos utilizado el lenguaje adecuado para llegar a los jóvenes. Es cierto que muchos se distanciaron. Pero ahora hay un renacer, porque aquellos que se alejaron no han encontrado una alternativa que los satisfaga y han regresado para darnos otra oportunidad. Hay que aprovecharla. Los jóvenes son el futuro», recalca. En la diócesis de Wetsminster ya hay una lista de 130 personas de entre 16 y 35 años para asistir a la cita de Madrid. Entre los feligreses podría haber representación de hasta 60 países.

Carolyn Wickware, estudiante universitaria, está deseando emprender el viaje. «Ser católico en un ambiente universitario tiene sus desafíos. Encontrar un grupo de personas, como los peregrinos de Westminster fue un regalo. Tras asistir a mi primera sesión de preparación me di cuenta de lo que me podían ayudar a crecer en mi fe. Espero aprender de cada peregrino en este viaje», dijo. Mientras, Michael Morris, un recién graduado que también se une al grupo de Westminster, afirma que cuando el mundo entero vea una multitud de dos millones de jóvenes «se demostrará sin lugar a dudas que la Iglesia está viva».


El Papa pide más oraciones
El Pontífice ha pedido al Apostolado de la Oración y a todos los cristianos que se rece a lo largo del mes de agosto «para que la JMJ aliente a los jóvenes a fundar y arraigar su vida en Cristo». Además, pidió «que los cristianos de Occidente reencuentren la frescura y el entusiasmo de su fe».