Jubilación

Directivos con ansiedad y estrés por tener que ejecutar despidos

Al otro lado de la mesa también se sufre. Dicen los expertos que los que despiden, lo pasan mal.

Un grupo de personas ante una oficina de empleo
Un grupo de personas ante una oficina de empleolarazon

VALENCIA-Ni los altos directivos escapan a los efectos que la recesión económica está provocando en la salud mental de los españoles. La crisis también afecta a los jefes, a aquéllos que tienen que despedir a subordinados que llevan años trabajando para ellos y de los que conoce sus circunstancias personales. «Son personas con sentimientos que, debido a la coyuntura, deben comunicar las rescisiones de contrato. Saben quién está separado y con hijos, quién tiene al marido en el paro... Sobre todo en las pequeñas empresas, se conocen las historias de todos, y en esos casos es muy duros para ellos echarles a la calle».El presidente de la Sociedad Española de Medicina y Seguridad del Trabajo, Francisco Fornés, conoce a más de un jefe de personal con estrés y depresión debidos a su nueva tarea. De hecho, las patologías mentales relacionadas con la crisis han aumentado hasta un 25 por ciento. Con todo, el número de personas que solicitan la baja médica ha descendido. «La gente se ha hecho más resistente por temor a perder el trabajo», aunque los que sí la firman, suelen tardar más en reincorporarse al puesto de trabajo, ya que la patología se ha agravado y es más difícil de tratar.

Sensación de doble presencia Poco dados a hablar de un síndrome nuevo, tanto Fornés como el presidente de la Sociedad Valenciana de Medicina y Seguridad del Trabajo, Juan Precioso, admiten sin embargo el brote de lo que ellos denominan «sensación de doble presencia», que es la que tienen aquellos que, mientras realizan una tarea, piensan en todo momento que deberían estar haciendo otra cosa. Un sentimiento que se da especialmente entre las mujeres, sobre todo las que tienen hijos menores de dieciséis años. «En los hombres se percibe esta sensación, pero en las mujeres es tremenda». Lo que sí es un síndrome perfectamente diagnosticado es el de Ulises, el que presentan los inmigrantes residentes en nuestro país. Un colectivo que, además de sufrir la crisis económica como el que más, debe enfrentarse a un fuerte sentimiento de desarraigo, y al miedo al fracaso después de haber abandonado su país de origen en busca de un futuro mejor.

Donut por manzana«Las empresas deben saber que un trabajador sano, es un trabajador más rentable». Así parece que lo ha entendido la EMT de Valencia, que no sólo dispone de un fisioterapeutas para sus empleados, sino que ha aceptado cambiar los productos de sus máquinas expendedoras y desterrar la bollería industrial. «Mejor cambiar el donut por la manzana».